Rafael Cerro y Brandon Campos, este lunes, en La Fraternidad. | Alberto Cuéllar
Aún dolorido por la grave cornada de 20 centímetros que sufrió cuando
veía morir a sus segundo novillo, Rafael Cerro ha atendido a ELMUNDO.es
desde la habitación de la Clínica de La Fraternidad de Madrid en la que
ha pasado una noche "muy molesta".
Pero al extremeño le da igual. Un triunfo en Las Ventas lo cura todo a gran velocidad. "He pasado una mala noche, pero no pasa nada, esto es así y es el precio que hay que pagar cuando se sale a la plaza así de mentalizado. Estoy muy contento con el éxito", afirma Cerro, que recuerda perfectamente cómo se produjo el percance.
Son momentos que no piensas en nada. Me olvidé que tenía cuerpo y el novillo dio su última arrancada para cogerme. Todo se ve mejor con el triunfo y en lo único que pienso ahora es en volver pronto a vestirme de luces y a hacer el paseíllo en esta plaza", dijo.
Su compañero, Brandon Campos pasó la noche al otro lado de la pared. En la habitación siguiente a la de Cerro. Si el extremeño fue operado en la enfermería de Las Ventas, el mexicano pasó por el quirófano un par de horas después de ser volteado por el sexto novillo, que le produjo una cornada de 15 centímetros que no descubrió hasta desvestirse en el hotel.
"Al acabar la novillada pasé a la enfermería a preguntar por mi compañero, pero ya se le habían llevado a La Fraternidad. Me dijeron que si quería que me vieran pero les dije que no tenía nada, que era sólo la paliza. Sin embargo, al quitarme el vestido en el hotel, descubrimos un boquete en la pierna", dice el mexicano que evoluciona positivamente y que valora positivamente su nuevo paso por Madrid.
"Ante todo dejé clara mi entrega. Además me sentí muy bien en dos tandas por la derecha en un novillo complicado por el ambiente de desilusión que había tras la cogida de mi compañero", finaliza.
Pero al extremeño le da igual. Un triunfo en Las Ventas lo cura todo a gran velocidad. "He pasado una mala noche, pero no pasa nada, esto es así y es el precio que hay que pagar cuando se sale a la plaza así de mentalizado. Estoy muy contento con el éxito", afirma Cerro, que recuerda perfectamente cómo se produjo el percance.
Son momentos que no piensas en nada. Me olvidé que tenía cuerpo y el novillo dio su última arrancada para cogerme. Todo se ve mejor con el triunfo y en lo único que pienso ahora es en volver pronto a vestirme de luces y a hacer el paseíllo en esta plaza", dijo.
Su compañero, Brandon Campos pasó la noche al otro lado de la pared. En la habitación siguiente a la de Cerro. Si el extremeño fue operado en la enfermería de Las Ventas, el mexicano pasó por el quirófano un par de horas después de ser volteado por el sexto novillo, que le produjo una cornada de 15 centímetros que no descubrió hasta desvestirse en el hotel.
"Al acabar la novillada pasé a la enfermería a preguntar por mi compañero, pero ya se le habían llevado a La Fraternidad. Me dijeron que si quería que me vieran pero les dije que no tenía nada, que era sólo la paliza. Sin embargo, al quitarme el vestido en el hotel, descubrimos un boquete en la pierna", dice el mexicano que evoluciona positivamente y que valora positivamente su nuevo paso por Madrid.
"Ante todo dejé clara mi entrega. Además me sentí muy bien en dos tandas por la derecha en un novillo complicado por el ambiente de desilusión que había tras la cogida de mi compañero", finaliza.
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