Alvaro Acevedo.
Mira que tiene empaque Manzanares. Mira que Juan, El Fino, es buen torero y había salido con ganas. Mira que tuvieron clase esos naturales, y casta esa larga cambiada, y arte esa trincherilla… pero a las 8 de la tarde, amigos y enemigos, apareció el Genio y se acabó el carbón.
Lo de su primero fue de dejarse ir y venir, al soniquete del toro, que era mansito y no quería coles por el izquierdo. Morante embriagó de ángel puro, con esa cintura que parecía el trigo de la campiña mecido por vientos calientes.
Toreó ligado y con compás, por caricias engarzadas en cinco y el de pecho, y antes de entregar al toro a las mulillas, ajustó cuentas con la muleta, muy cuadrada, en la mano izquierda, se adornó por sevillanas y se creció en ayudados por alto recordando que, en septiembre, resucitará en Ronda una Goyesca.
Lo del quinto fue otro cantar, más hondo y doloroso, porque la aspereza del enemigo quedó sometida en cuatro pases de trinchera y en un toreo posterior de estremecedora verdad. Al ímpetu del toro respondió el artista sin ceder terreno, con una mezcla de belleza y poderío en redondos de asfixia liberados con los de pecho a la antigua, pero tras un cambio de mano para la historia el toro se puso a la defensiva y amenazó con abortar la catarsis.
Fue entonces cuando Morante decidió dejarse un trozo de corazón en esta Córdoba tan mora y tan torera. Cerrado en tablas se cruzó con el toro, le dio el medio pecho, la meció de bamboleo y brotaron dos racimos de naturales de una pureza blanca, de una belleza esplendorosa, de una sapiencia mágica, de un valor cabal.
La plaza, absorta, despertó del sueño cuando Morante se abelmontó en un molinete y más adornos flamencos, corraleros. Y con las camisas todavía rotas, el de Juan Pedro sucumbió de media sin puntilla con la noche ya sobre los campos. Algo después, me pareció ver a los cordobeses sacando a hombros al VI Califa.
FICHA DEL FESTEJO
Córdoba. Última de feria. Más de tres cuartos de entrada. 6 toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presencia excepto el 3º, anovillado, y muy nobles en general.
Finito de Córdoba, oreja y división al saludar.
Morante de la Puebla, dos orejas y dos orejas y rabo. Salió a hombros.
Manzanares, ovación en su lote.
Saludaron en banderillas Luis Blázquez y Juan José Trujillo. En general, muy bien las cuadrillas.
Via http://www.buraldero.com
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