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sábado, 1 de junio de 2013

Histórica vuelta al ruedo para una cuadrilla de oro


SAN ISIDRO | Última de feria

La cuadrilla de Castaño da la vuelta al ruedo. | Sergio Enríquez
La cuadrilla de Castaño da la vuelta al ruedo. | Sergio Enríquez

Visto el primer toro de Fernando Cuadri con sus redondos 628 kilos y su tremebunda alzada, asustaba el punto óptico que fijábamos. Ya el contraste con Fernando Robleño aumentaba la diferencia es escalas.

Brutal. Paró al torazo en los terrenos del "6". Las manos por delante en el capote. Protestó en el caballo, cogido en corto. La faena también fue bajo el sol. Parecía mentira que cupiera entre la muletaa y Robleño. Tres series diestras tapándole mucho la feota cara a su altura. Templada la sosa nobleza. Se apagaba la embestida. En el remate de la tanda zurda derribó al matador, que en el suelo se escapó de milagro. Sus compañeros salieron desde el burladeros de capotes. Hay que estar más encima de la lidia. La estocada se fue baja. Hasta donde daba el brazo, quizá.

Javier Castaño con un cuadri más fino y bajo, dentro del universo de Cuadri, volvió a querer lucir la lidia total. Muy en largo el toro en el caballo. Pero la cara arriba en el mismo. Adalid ofreció de nuevo un tercio de banderillas memorable; impresionante el ultimo par. También Fernando Sánchez. Y por sumar también la brega medida de Galán.

No fue el prólogo de faena el más adecuado por alto. Tardeaba el toro. Por la mano derecha la faena creció. Y en una segunda serie alcanzó el cènit muy arraastrada la muleta. Desde ahí se aplomó la cosa frente al aplomo de Castaño que le hacía por llegar la muleta al hocico, muy metido entre los pitones al natural y montado prácticamente encima para exprimirlo en redondo. A toro tan parado intentarle la suerte de recibir, no sé, como que no. Pinchó finalnente el volapié doliéndose de la mano herida en la corrida de Adolfo. Después de media estocada y tres descabellos, oyó una ovación al valor.

El tercero salió ya como malandado. Raros los movimientos más allá de la evidente falta de fuerza. Luis Bolívar obtuvo en el capote lo más lucido del deslucido cuadri.

El imponente tercero le pegó un frenazo a Robleño en el capote como para cortar el hipo. Un sifonazo de bisonte. Derribó al caballo con empuje bárbaro por encima del estribo. Volvió a empujar con celo con el mismo estilo en un fuerte puyazo. Lógicamente el primero no había existido. Arreaba en capotes. El ataque sin irse. Zapatillero también en la muleta. Reponiendo pronto la embestida. Sordo peligro cuando pasaba. Sabía siempre lo que se dejaba atrás. Soberbio el espadazo. Desarme incluido. Tardó en echarse con la espada en la bodega. Apelotante la ovación para el toro en el arrastre y los pitos para el digno Fernando ante la adversidad de la casta revenida.

Tito Sandoval y la cuadrilla de Castaño incendiaron la plaza de Las Ventas con el quinto. Tito se sublimó no ya en los puyazos, sino en el puyazo que no dio con el cuadri metido debajo. Toreó a caballo en una segunda vara sensacional. La gente en pie. De verdad. Ya cuando se sumaron Adalid y Sánchez explotó el volcán. Tremendo el par del tercero. David al fallar su par puso un cuarto. Las Ventas estalló y les hizo dar una vuelta al ruedo histórica. También a Galán. Se unió Sandoval. Yo en 40 años viendo toros no había visto una vuelta así en mitad de la lidia. Todo lo más a Esplá con Anderson Murillo al acabar con el toro. Un pasote, opino, a petición popular. Sufragio universal, mayoría absoluta. Ea
.
A su matador le quedaba el papelón de un toro que no humillaba pero se venía. Castaño volvió a ser tan generoso con el toro como con su gente. La otra cara de la moneda para él. Salía el cuadri con la cara por las nubes y por el derecho se los sacaba por abajo lo que costaba para evitar el derrote y el enganchón que a veces se produjo. Por la izquierda, ya muy en corto, un taponazo en la misma boca. Como si le hubiera partido la nariz también. Un gancho perfecto. En el momento exacto en el que el personal empezaba a murmurar... Sale el pobre Castaño a leñazo por día de San Isidro.

El último era otra barbaridad contra las leyes de la física. Qué alzada. Remoloneó en el caballo y esperó con guasa en banderillas. En la muleta no se entregó nunca. Reservón y siempre como fuera de la muleta. Sin entrega.

Ficha:

Monumental de las Ventas. Sábado, 1 de junio de 2013. Última de feria. Lleno. Toros de Cuadri, enormes, gigantescos de formidable cuajo; un 1º monumental de volumen y alzada de sosa nobleza y poca duración; el más fino 2º se dejó y se apagó pronto; el malandado 3º flojeó deslucido y vacío; el cinqueño, castaño e imponente 4º atacó con casta revenida y sordo peligro; el altísimo 5º fue pronto sin humillar; un tremebundo y reservón 6º no se entregó.

Fernando Robleño, de rosa y oro. Estocada baja (silencio). En el cuarto, estocada (algunos pitos).

Javier Castaño, de malva y oro. Pinchazo, casi media y tres descabellos. Aviso (saludos). En el quinto, media estocada atravesada y varios descabellos (saludos).

Luis Bolívar, de corinto y oro. Tres pinchazos y media estocada (silencio). En el sexto, estocada (silencio).

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