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martes, 22 de julio de 2014

Ponce, Fandi y Fandiño se reparten ocho orejas en Roquetas de Mar (Almería)

Los diestros Enrique Ponce, David Fandila «El Fandi» e Iván Fandiño salieron a hombros tras repartirse ocho orejas en el triunfal espectáculo con el que se inició hoy la feria taurina de Santa Ana de la localidad almeriense de Roquetas de Mar.

El «jandilla» que abrió plaza fue un ejemplar noble, blando y sin transmisión, al que Ponce obligó a embestir a base de mucha insistencia, consiguiendo tandas de estimable factura de mitad de faena hacia adelante, sobre todo por el pitón derecho. Gran estocada y primera oreja de la tarde.
 
Técnica, arte y estética mostró Ponce en el cuarto, cuya lidia brindó a su amigo Sánchez Dragó. Aún molestaba el viento, aunque algo menos, y el valenciano realizó ese toreo que ejecuta con mando y maestría en tandas de buen son sobre ambas manos. Estocada hasta la bola y otro apéndice para redondear la Puerta Grande.

«El Fandi», que toreando en Roquetas es como si estuviera en su Granada natal, estuvo parsimonioso en banderillas en su primero; y bien que calentó al público que le pidió un cuarto par. Empezó faena rodillas en tierra frente a un toro con fijeza y buen ritmo, al que pasó con temple en el toreo fundamental por ambos labor. Estocada y dos orejas.

Otros cuatro pares puso El Fandi al quinto, un toro de muchos pies, que tomó tres varas y derribó en la segunda, y con el que el granadino no se acopló en ningún momento en la muleta. No obstante suplió el toreo esta carencia con alardes y guiños que le permitieron pasear otro trofeo.
 
Fandiño tuvo en su primero a un inválido que rodó por los suelos en los dos primeros tercios. El público lo protestó pero el presidente, quizás el único de la plaza que vio alguna virtud en él, optó por mantenerlo.

El torero de Orduña porfió y porfió empezando faena a media altura para meter al toro en la muleta, y así logró llevar a cabo un trasteo de notable profundidad, sobre todo por el pitón derecho. Terminó labor con ajustadas manoletinas, antes de agarrar una buena estocada que le valieron las dos orejas.
Con el que cerró plaza Fandiño se enfrentó con un toro más agarrado al piso, al que le costaba embestir. Pero el torero vasco a fuerza de insistir sacó alguna tanda estimable al final de faena.

Ficha del festejo

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