Tarde inocua de raza en la que El Cid lo bordó a la verónica, Castella rozó la oreja y Escribano se vació en entrega
EMILIO TRIGO, Sevilla
A veces las cosas no salen como uno quiere. Así ha pasado en la segunda de Feria cuando los tres diestros no han alcanzado el triunfo. Y es que, en la mayoría de las ocasiones, el hombre propone y el toro lo descompone. Un querer triunfar y no poder hacerlo, porque las circunstancias mandan. El Cid regresaba a su plaza con la obligación de justificar sus tardes en un abono tan raro como nefasto. El de Salteras ha dejado momentos para el recuerdo con el capote pero se topó con la circunstancias del mal lote. La misma línea para Castella que cuando rozaba el triunfo con el primero de su lote...otra vez, la circunstancia de la falta de raza para enfado del respetable y disgusto del francés. Pero como el refranero español dice, no hay dos sin tres. Cuanta razón tiene tal afirmación que le tocó el "tres" a Manuel Escribano. Presionado por las circunstancias de su particular año, necesitaba de un triunfo en Sevilla que nunca llegó. Escribano se vació en entrega buscando el ansiado éxito, pero desgraciadamente no se reunieron las circunstancias para que sucediera con una corrida dispar de presentación y vacía de raza.
Lanceó muy a gusto al jabonero de Daniel Ruiz que abrió plaza. Toro con buen son y cadencia en la suave verónica del sevillano. Lo justo en varas para cumplimentar. Manuel instrumenta un quite tras la primera con cierto garbo y el astado continúa demostrando clase pero justo de casta saliendo con la cara al tendido en cada encuentro. Castella también entra en turno por tijerinas expresivas. El tercio de banderillas estuvo algo desordenado en la lidia. Comenzó El Cid con la diestra recibiendo una enorme colada en el segundo tanteo por el izquierdo. Directo al corbatín y a volver s empezar. Manuel lo sacó al tercio e instrumento varias tandas sin terminar de romper ante un toro manejable pero sin transmisión. Con la derecha existió un punto más de chispa pero fue de forma aislada. El jabonero tomaba la muleta con prontitud pero el primero de cada tanda miraba de radiografía aunque nunca tuvo voluntad de tropezar al sevillano. A mitad de labor cantó rajándose sin querer más pelea. Voluntad y oficio de Cid. Silencio. Se gusto Manuel Jesús en su recibo con verónicas extraordinariamente interpretadas. Vuelo templadísino del percal con un torero crecido y ganando terreno en cada lance.Justo de poder se cuidó en jaco de picar. La lidia tuvo tanta parsimonia que aburrió hasta las banderas con demasiados tiempos muertos. Brindis de El Cid a Boni. Las dos primeras tandas tuvieron cierto compás que conectaron con el respetable. Nada más. Un toro de buena condición con mucha suavidad pero soso a más no poder. El Cid se amoldó a esa dulzura imprimiendo la suavidad que necesaria, pero jamás pudo levantar vuelo una labor exenta de transmisión. Meritoria estocada volcándose en todo el morrillo. Ovación con saludos.
Apuros para el francés en el saludo capotero. Un guiño del toro, sumado a las dudas del diestro estuvieron a punto de costarle un buen disgusto. El segundo un toro muy abierto de cara, corto de cuello al que no se le dio nada en ninguna entrada.Tampoco estuvo fina la lidia. Sebastián dejó crudito a su oponente que llegó con prontitud a la muleta del francés. Comenzó dentro de las dos rayas el pase del desprecio para enmarcarlo. Afuera, casi en los medios, con la derecha rebozo una fina serie bien ligada que hizo romper la música. Cambio de manos surgiendo el natural templado y suave. Valor ante alguna colada. Pero desde ahí, hasta el final se mostró fiel a su concepto de acortar distancias con un toro que comenzó a aburrise y aquello bajó de intensidad. Notable labor pero sin llegar a alcanzar grandes cotas. Toro potable y torero con buenas sensaciones pero mal con la espada. Ovación con saludos. Irrelevante los primeros tercios en la parte artística. Toro abrigado en tablas, parado y negado a embestir. Con este panorama comenzó Castella su trasteo al quinto. Y tras intentar justificar lo injustificable la afición le instó a finalizar su inocua labor. Sin material alguno se fue de puntillas con su segundo.Silencio.
Muy limpia la puertagayola de Manuel y buenas verónicas con un toro metiendo bien la cara. Alegre fue al caballo con galope y prontitud. El Juan Pedro lucio un buen tranco en la lidia y acometió con pies a banderillas. Tercio del sevillano variado, con poderío y mucho riesgo que terminó levantando al respetable de sus asientos. Brindis público.Pase de la flores ante un astado con temperamento. Vibrante inicio. Otra tanda más con transmisión por el pitón derecho, pero el Juan Pedro a partir de ahí, echó el freno perdiendo todo el poder. Lo demás demostración de disposición cruzándose al pitón y dándolos de uno en uno. Quiso tanto que rozó la pesadez ante un astado noble que se desinfló al inicio de faena. Estocada.Ovación con saludos. Otra y van nueve puertagayolas del Escribano a lo largo de la temporada. Dormido sale el ultimo, enterándose de donde estaba el pavo. Serio toro, de pitones negros que acomete andando y hace interminable los segundos de hinojos del sevillano. Una vez en pie, lancea con soltura obligando al Parladé a humillar. Picado en los terrenos de chiqueros por dos veces. Banderillas el toro se mostró tardo y reservón propiciando un tercio de mucha exposición. El último par con el toro por dentro, tan sincero como inverosímil. Tremendo. Por alto, a pues juntos inicio Manuel llevándose una zancadilla que tiró a toro y torero al suelo. Muy áspero sin querer tirar para adelante y pensándolo siempre el cierraplaza. Escribano se faja con su enemigo tirando de raza y firmeza sin fisuras. Muy duro el toro y muy entregado Manuel.
Estocada y ovación con saludos
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Maestranza. Segunda de la Feria de San Miguel. Corrida de toros. Media entrada.
Toros de Daniel Ruiz, Juan Pedro Domecq y Parladé, bien presentados y desiguales de juego.
Manuel Jesús "El Cid" (verde esperanza y oro), silencio y ovación.
Sebastián Castella (coral y oro), ovación con saludos y silencio.
Manuel Escribano (corinto y oro), ovación con saludos y ovación.
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