Espartaco culmina con un rabo

Espartaco, que reaparece, y Andrés Romero, mano a mano

EMILIO TRIGO, Palos de la Frontera (Huelva)
Reaparición de Juan Antonio Ruiz "Espartaco", que hace el paseíllo junto al rejoneador Andrés Romero ataviados de pinzonianos.

Fue un toro blando que perdió las manso varias ocasiones en el primer tercio, que se cuidó en el caballo y que se mostró muy mirón durante toda la faena. Fue obediente al cite pero descomponía por su mirada al diestro de Espartinas. Le sonsacó algunos muy estimables, pero no se terminó de confiar por su incertidumbre en la embestida. Se revolvió mucho cuando terminaba de pasar. Mató de varios pinchazos y fue silenciado.

Silencio para Andrés Romero, que emborronó con el rejón de muerte una muy buena actuación. Realizó un rejoneo clásico, buscando siempre el toreo de frente, dando los pechos, reuniendo los medios y matando de pinchazos reiterados, lo que esfumó el premio. Brindó el toro a Espartaco.

Fue el tercero un toro bien hecho de Juan Pedro Domecq que salió apretando mucho y puso en apuros a Espartaco, pero se lo sacó hacia afuera y le ofreció unos lances cadenciosos y con mucho gusto. Fue un toro mimado en el caballo y que rompió a bueno en la muleta. Espartaco mostró su mejor versión, cuajando una gran faena por ambos pitones y presentando la muleta plana. Largo trazo mostró al natural y temple con la derecha, incluso desplantándose recordando al joven Espartaco. Tras la estocada paseó el doble trofeo, habiendo brindado el trasteo a su hijo.

Fue el cuarto un toro que ha tenido sus teclas, un melocotón de Juan Pedro que supo entender perfectamente Juan Antonio, brindándoselo a Emilio Muñoz- Tiró de raza e incluso arrancó de forma espontánea fandangos en el tendido. Surgieron momentos de mucho sentimiento ante un Espartaco de compás abierto, muleta adelantada y ofreciendo en todo momento el pecho, colocándose perfecto. Hubo alguna que otra serie muy limpia y algún a más trastabillada por la protesta del toro al a hora del embroque, pero sobre todo un torero enfibrado y que refrendó su labro con una buena estocada. Cortó dos orejas.

Dos orejas cortó Andrés Romero ante el quinto, uno de Luis Albarrán que embistió a arrenones, buscando las tablas y desentendido de las cabalgaduras, Andrés tiró de raza y fue levantando una actuación hasta convertirla en soberbia. Dio sitio, mucha distancia y siempre de frente ejecutó una auténtica faena de altas cumbres, en un rejoneo de alta escuela que enturbió con el rejón de muerte y con el descabello a pie. La lió Romero, incluso concediéndole el presidente las dos rejas atendiendo al fuete petición del respetable. El toro se lo brindó a toda su cuadrilla al completo.

Al sexto lo metió Espartaco en la canasta a base de tesón y de consentirle mucho desde la larga cambiada con que lo recibió. Pundonor, raza y oficio sirvieron para sacar el fondo de nobleza del de Albarreal, pero no para el triunfo, así que el 'chaval' de Espartinas pidió el sobrero.

Al de regalo lo cuajó con el capote desde que salió, con cadencia, gusto y compás para saludar la humillación enclasada, con la raza por bandera y el calor del público coreando cada lance. Sublime fue el torero inicio al noble toro de Albarreal, entendiendo perfectamente al animal ara ofrecer el toque fuerte y abajo, sometiendo la embestida para limarle aristas y dejarlo listo para la traca. Y ésta llegó al natural donde presentó la muleta con el toque más templado y el toreo largo y con todo el poso en la bamba, sientiéndose en cada trazo y volviendo por un instante a ser el de siempre con las sienes nevadas con la sabiduría de los años. Sensacional fue el estoconazo, tras el que un público enfervorecido pidió el rabo que finalmente se concedió.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Palos de la Frontera (Huelva). Corrida de toros mixta.

Toros de Núñez del Cuvillo y Albarreal,
Juan Antonio Ruiz "Espartaco", silencio, dos orejas, dos orejas, ovación y dos orejas y rabo en el sobrero de regalo.
Andrés Romero, silencio y dos orejas.