El alguacilillo Pedro Guarenas en su último paseíllo en la Monumental de Valencia |
Jesús Ramírez “El Tato”
Un personaje muy querido, popular, taurino puro, que
supo en sus años de alguacilillo, jerarquizar su labor con personalidad,
seriedad y prestancia. Montado sobre el caballo de despeje y ataviado de ley,
tal vez Guarenitas satisfacía sus ansias de novillero que a temprana edad
desvió para seguir en el mundo del toro en una cuadrilla cómica o vendiendo
publicidad taurina siempre como buen y afable contertulio.
Nos refiere el atildado critico taurino y cronista de
la monumental de Valencia, profesor Cesar Dao y Colina, que lo de Guarenas es
caso único en la historia del toreo. Un alguacilillo que nació en una plaza de
toros. Ocurrió que a su señora madre le dieron los dolores de parto
precisamente cuando se encontraba en la añeja e histórica plaza “Arenas de
Valencia”, donde dio a luz el infante, que al correr de los años hizo propia su
afición taurina.
Su salud a consecuencia de la diabetes se había venido
deteriorando y cuando ya el corazón enviada graves mensajes en sus latidos, los
taurinos valencianos le rindieron un bonito festival benéfico en su plaza
monumental. Esa tarde Pedro Guarenas
hizo su ultimo despeje como alguacilillo vestido de liquiliqui y luego recorrió
toda la barrera, saludando, como despidiéndose, mientras los toreros esperaban
en la puerta de cuadrillas su llegada al palco presidencial para iniciar el paseíllo.
Fue una tarde única, especial para el y para todos los que asistimos, porque
presidió la corrida junto al doctor Stopello compartiendo las emociones de los
toreros.
La afición valenciana despedirá este jueves en la
plaza monumental a su alguacilillo mayor Don Pedro Guarenas, que a los 66 años
deja este mundo entre grandes recuerdos e incontables amigos. Paz a su alma y
resignación a todos sus familiares.
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