Páginas

martes, 17 de febrero de 2015

Los de casa tienen suerte

MÉRIDA Pésimo lote para Morante


MUNDOTORO
Fotos: Germán D' Jesús Cerrada
www.notiferias.tk
Mérida (Venezuela). Se repitió una historia ya conocida en Mérida. Volvió a vivirse un indulto en la plaza venezolana y, de nuevo, por parte de un torero de la tierra. Fue El Califa de Aragua, quien, en una gran actuación, paseó cuatro orejas y un rabo -simbólico- y perdonó la vida al sexto toro, un notable ejemplar de Los Ramírez. Hubo suerte de la buena para el espada nacional y suerte de la mala para Morante de la Puebla, inédito ante un lote imposible. Leonardo Benítez cortó una oreja.

 
El Califa de Aragua remató su gran actuación sirviéndose del notable sexto toro. Una lidia extensa e intensa coronada con el indulto del ejemplar de Los Ramírez, al que fue el torero quien terminó de lucir en su generosa faena. El público se emocionó y solicitó el perdón para la vida del astado hasta que el Presidente lo concedió. Hassan Rodríguez se sobrepuso incluso a una voltereta en mitad de faena y otra después de concederse el indulto. Fiesta total en Mérida.

Emoción, mucha variedad y un triunfo de Puerta Grande en la entonada faena de El Califa de Aragua al tercer toro. El torero venezolano ya principió bien, formando un alboroto por su toreo de capote. En banderillas incomodó el animal, lo que provocó algún desajuste en el primer par. Sin embargo el tercio -como toda su labor- fue a más, llenando mucho la escena y recreándose en las suertes. Así, en el último tercio El Califa planteó una faena larga, templada y llena de recursos que llegaron mucho al tendido. El de Los Ramírez rompió a bueno, especialmente por los cuidados del torero, que lo midió perfecto en alturas, tiempos y distancias. Hubo una leve petición de indulto para el buen toro previa al espadazo de rápido efecto. Hassan Rodríguez paseó las dos orejas.

Apenas unos detalles con el capote y la muleta fue lo único que pudo construir Morante de la Puebla con el muy descastado y deslucido segundo. El inicio, con dos verónicas y una revolera hicieron despertar ilusiones, pero pronto el de Rancho Grande las tiraría por tierra. No obstante, paciente, Morante pudo sacar algún derechazo bien compuesto con la muleta. Pero se quedó pronto sin oponente y tuvo que irse a por la espada. Tuvo aún peor suerte Morante en el quinto toro, un ejemplar muy parado, siempre distraído de los engaños y más pendiente del torero. De entre la nada surgió algún buen natural, largo, pero sin poder conjuntarlos. Pronto abrevió vista la condición de este 'imposible'.

Leonardo Benítez inició la tarde con un animal de mucha movilidad y transmisión. Compartió banderillas con El Califa de Aragua y, ya con la muleta, aprovechó la emoción del ejemplar de Los Ramírez. Durante su faena molestó el viento, pese a lo que pudo ofrecer variedad en su toreo. No estuvo acertado con la espada. Leonardo Benítez construyó una labor paciente, de fondo en el cuarto capítulo, en la que fue metiendo al público. Con buena técnica, el espada nacional hizo sonar la música en un conjunto compactado. Tras rematar a espadas con acierto, paseó un trofeo.
Plaza de toros de Mérida. Penúltima de feria. Casi lleno. Toros de Los Ramírez, el sexto indultado, y Rancho Grande (2º). Leonardo Benítez, silencio y oreja; Morante de la Puebla, silencio en ambos y El Califa de Aragua, dos orejas y dos orejas y rabo simbólico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario