La polémica sobre la Feria de Abril de Sevilla sigue su curso
Las siguientes llamadas para contratar (lo que
debería haber sido algo parecido a una contratación en bloque que disipara en
esencia la polémica) tardaron en llegar. Sibilina maniobra para agriar el
camino. Cuando llegaron a Perera no quiso negociar. La palabra dada (la
temporada anterior) era la palabra cumplida. Y nada más. Si no iban todos, El
Juli echó el paso atrás. Suma y sigue Talavante, de manera inesperada durante
una corrida en Venezuela, afirmó sentirse maltratado. Tampoco él irá a la
Maestranza este 2015. De los cinco. De los cinco menos uno, le cayó a plomo la
Feria de Abril a Morante de la Puebla. Cinco tardes le ofrecieron, filtrado por
la empresa, y esa manera de abrir el paracaídas sabiendo que se iban a
estampar. Todo o nada. El oro por delante. Y Morante dijo no, a pesar de su
Sevilla.
Y luego vienen los ecos, la rumorología alimentada
durante todo este proceso. La invasión azteca. Las posibles ambiciones
mexicanas por tener el trono de Sevilla. Una de las joyas de la corona de
nuestra piel de toro. Enquistada la polémica, la propia FIT (en la que ahora
entran también Casas y Cutiño con un entramado empresarial cada vez más
estrangulador) desmiente sus aires de grandeza por Sevilla. No la quiere. No
está entre sus objetivos. A una y otra parte del río fervientes defensores.
Camisetas puestas como si fuera la vida propia a uno u otro lado del bando. No
tengo la menor idea de cuál es la verdad. Y dudo mucho que se sepa. En muchos
casos ni los protagonistas colindantes: la mayoría de las tramas que marcan un
antes mueren en silencio hasta que son un hecho. No pondría la mano por unos.
Tampoco por otros. Es una realidad que se podrían hacer las cosas mejor. Y se
deberían haber hecho. Si la empresa de Sevilla hubiera querido firmar la pipa
de la paz de verdad de la buena, la gestión hubiera sido otra. De raíz.
Pero la otra parte, y ese descorazonador entuerto
de mensajes filtrados en un canto a lo que no se debe hacer, está a la deriva.
Sin proyecto. Un salto sin red. Mientras, escuchamos alto y claro, como quien
saca pecho porque se siente capaz, lo que se está trabajando en el “futuro y
fortalecimiento de la Fiesta”, en la presentación de FIT sin ir más lejos hace
apenas unos días. Poco antes de este despeñe colectivo.
Y se olvida que en ocasiones ocurre, qué cosas, que
al morir matas, que al matar uno muere y entre unos y otros están reventando la
Fiesta. Sin necesidad de que nadie de fuera venga a darnos el tiro en la nunca.
Se pasará, de una manera u otra, nada es imperturbable al paso del tiempo, pero
seguro que la huella será irreconciliable. Sevilla anda contaminada con la
gestión de Canorea/Valencia. Muchos coinciden, de los de arriba al menos, pero
si vas a la guerra hay que tener un plan. Ante tanta flojera que da el tema ya,
la temporada, desidia, digo que si borramos del mapa a Canorea, incluso si se
le envía al limbo de Senegal con José Tomás, entonces... ¿quién? ¿Quién será el
dios del templo?
Debo estar pendiendo la fe porque me echo a
temblar.
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