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lunes, 20 de julio de 2015

El Caballo para Rejonear

CAPITULO VIII

“ El toreo es el principal campo de ensayo
del caballo lusitano, por eso es
fuerte, valiente, de buena moral,
finura y elasticidad.”

      “Paulo Caetano”

La más antigua información del caballo lusitano que conocemos, es la del grabado de la gruta de Escoural en el Alentejo, región portuguesa allende el Tajo, que data de entre 17 a 13 siglos a.c., y que muestra a una yegua con su potro, en cuya morfología se destaca la forma de la cabeza de esta, que es larga, delgada, de hocico fino y de perfil ligeramente convexo que ensambla de forma perfecta, siguiendo una línea contínua con el pescuezo largo y arqueado, como el de los caballos lusitanos actuales, lo que nos demuestra una inequívoca continuidad en el fenotipo del caballo antiguo de la Lusitania con el de nuestros días, así como sus habilidades de movimiento, velocidad y fuerza que le dieron fama y que conocemos por las narraciones históricas que describen las victorias del caballero luso Viriato que con su caballería reconquistó el sudoeste de la península ibérica, “acorralando a los ejércitos romanos en Cádiz, en el sur de la misma”.

Estos caballos oriundos de la península ibérica, es decir, la Lusitania y la Bética, fueron la columna vertebral de los ejércitos de Cartago y fueron llevados a combatir a la península helénica por los espartanos en la guerra contra Atenas y más tarde fueron el arma decisiva de los ibéricos durante ochocientos años para expulsar a los moros de la península en la dilatada guerra de reconquista, así como en la conquista de los imperios americanos, estos equinos también sirvieron de simiente para la mayoría de las yeguadas de la antigua Europa y posteriormente para las americanas.

La raza ibérica contituyó una de las dos razas de sangre caliente de la antigüedad, que fueron: El Pura Sangre Árabe, oriundo de Egipto y de Mesopotamia y el Pura Sangre Ibérico, esta última llamada, Pura Raza Española cuando los caballos fueron criados en la antigua Bética, ahora Andalucía y Pura Sangre Lusitana, los criados en Portugal.

Sin embargo hoy en día hay diferencias significativas entre estas dos razas, la española y la lusitana y estas diferencias residen en el hecho de que el caballo lusitano fue por miles de años criado para la guerra y cuando la caballería entró en decadencia y dejó de ir a la guerra, el caballo lusitano continuó siendo criado para el rejoneo, que es una disciplina que demanda exactamente los mismos requerimientos que la guerra, por lo que la raza lusitana ha consevado intacta la aportación genética de sus antepasados y ha mantenido y mejorado mediante una cuidados selección, las cualidades anímicas, la fuerza, la resistencia, los andamientos progresivos y la capacidad de cambios súbitos de velocidad necesarios para la práctica del toreo a caballo.

No así el caballo español o andaluz, que al abandonar la práctica del rejoneo en España, fue motivo de una modificación en su morfología y cualidades mediante cruzas y nuevos criterios de selección que lo llevaron a satisfacer requerimientos diferentes al rejoneo y e transformó, al cabo del tiempo en un caballo de paseo y de tiro ligero, donde la exuberancia de sus movimientos, más altos y menos progresivos es notoria, así como su alzada y algunas características morfológicas adquiridas de otras razas.

Dado que todas las disciplinas ecuestres tienen reclamos que deben ser atendidos para su mejor desmpeño, cada una de ellas requiere de una raza de caballo Idónea, que se apegue a dichas exigencias y es por esta razón que la raza lusitana dadas las características hereditarias que posee y por la selección a que ha sido sometida durante muchas generaciones, primero para la guerra y posteriormente para el toreo a caballo, es la raza por excelencia para el rejoneo.

Hay que acotar que en las últimas tres décadas se han repoblado notablemente los esfuerzos para conservar y mejorar las características hereditarias de esta raza, ya de por sí presevada desde la antigüedad, empeño en el que está formalmente comprometido el estado portugués, quien ha decretado a la Raza Lusitana Patrimonio Nacional y vela por su pureza y desarrollo por conducto del “Servicio Nacional Coudelico” (Equino) y el libro de registros de la raza Lusitana (STUD BOOK), así como lo hacen en particular, los criadores portugueses por medio de la “Asocisción Portuguesa del Caballo Pura Sangre Lusitano” (A.P.S.I.), así como las asociaciones de criadores de pura raza lusitana de Brasil, México y otros países afiliados a la A.P.S.I.
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