CAPITULO VIII
“ El toreo es el
principal campo de ensayo
del caballo lusitano, por eso es
fuerte, valiente, de buena moral,
finura y elasticidad.”
“Paulo Caetano”
Estos caballos oriundos de la península
ibérica, es decir, la Lusitania y la Bética, fueron la columna vertebral de los
ejércitos de Cartago y fueron llevados a combatir a la península helénica por
los espartanos en la guerra contra Atenas y más tarde fueron el arma decisiva
de los ibéricos durante ochocientos años para expulsar a los moros de la
península en la dilatada guerra de reconquista, así como en la conquista de los
imperios americanos, estos equinos también sirvieron de simiente para la
mayoría de las yeguadas de la antigua Europa y posteriormente para las
americanas.
La raza ibérica contituyó una de las dos razas
de sangre caliente de la antigüedad, que fueron: El Pura Sangre Árabe, oriundo
de Egipto y de Mesopotamia y el Pura Sangre Ibérico, esta última llamada, Pura
Raza Española cuando los caballos fueron criados en la antigua Bética, ahora
Andalucía y Pura Sangre Lusitana, los criados en Portugal.
Sin embargo hoy en día hay diferencias
significativas entre estas dos razas, la española y la lusitana y estas
diferencias residen en el hecho de que el caballo lusitano fue por miles de
años criado para la guerra y cuando la caballería entró en decadencia y dejó de
ir a la guerra, el caballo lusitano continuó siendo criado para el rejoneo, que
es una disciplina que demanda exactamente los mismos requerimientos que la
guerra, por lo que la raza lusitana ha consevado intacta la aportación genética
de sus antepasados y ha mantenido y mejorado mediante una cuidados selección,
las cualidades anímicas, la fuerza, la resistencia, los andamientos progresivos
y la capacidad de cambios súbitos de velocidad necesarios para la práctica del
toreo a caballo.
No así el caballo español o andaluz, que al
abandonar la práctica del rejoneo en España, fue motivo de una modificación en
su morfología y cualidades mediante cruzas y nuevos criterios de selección que
lo llevaron a satisfacer requerimientos diferentes al rejoneo y e transformó,
al cabo del tiempo en un caballo de paseo y de tiro ligero, donde la
exuberancia de sus movimientos, más altos y menos progresivos es notoria, así
como su alzada y algunas características morfológicas adquiridas de otras
razas.
Dado que todas las disciplinas ecuestres tienen
reclamos que deben ser atendidos para su mejor desmpeño, cada una de ellas
requiere de una raza de caballo Idónea, que se apegue a dichas exigencias y es
por esta razón que la raza lusitana dadas las características hereditarias que
posee y por la selección a que ha sido sometida durante muchas generaciones,
primero para la guerra y posteriormente para el toreo a caballo, es la raza por
excelencia para el rejoneo.
Hay que acotar que en las últimas tres décadas
se han repoblado notablemente los esfuerzos para conservar y mejorar las
características hereditarias de esta raza, ya de por sí presevada desde la
antigüedad, empeño en el que está formalmente comprometido el estado portugués,
quien ha decretado a la Raza Lusitana Patrimonio Nacional y vela por su pureza
y desarrollo por conducto del “Servicio Nacional Coudelico” (Equino) y el libro
de registros de la raza Lusitana (STUD BOOK), así como lo hacen en particular,
los criadores portugueses por medio de la “Asocisción Portuguesa del Caballo
Pura Sangre Lusitano” (A.P.S.I.), así como las asociaciones de criadores de
pura raza lusitana de Brasil, México y otros países afiliados a la A.P.S.I.
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