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lunes, 21 de septiembre de 2015

La milagrosa evolución de Miguel Ángel Perera tras su brutal cornada en Salamanca

Atrás han quedado minutos de espanto y horror, horas de angustia por la cornada brutal a Miguel Ángel Perera en Salamanca. La Glorieta fue testigo de uno de los percances más terribles de la temporada, de la cogida más atroz a una figura puntera esta temporada.

El torero extremeño, ingresado desde el pasado 15 de septiembre en el Hospital de la Santísima Trinidad de Salamanca y con régimen riguroso de visitas restringidas, evoluciona favorablemente. Abandonó la UVI con una velocidad sorprendente para el común de los mortales, apenas dos días después, el jueves 17. La milagrosa recuperación de los toreros, con esa fortaleza vital. La asombrosa evolución del hombre que se juega con verdad la vida ante el toro y se aferra a ella con el deseo de volver a la cara del animal que lo mandó al hule. 

Aunque el viernes se despertaron ciertas alarmas por picos febriles de hasta 38 grados por la movilización de los drenajes, su recuperacón es satisfactoria y esa fiebre ha remitido. Como es habitual, se realizaron diferentes pruebas que descartaban anomalías o signos de infección. 

Según informa su gabinete de prensa, ya se le han retirado los drenajes, salvo que que se encuentra en la pelvis menor. «El tránsito intestinal va permitiendo y tolerando la ingesta de una dieta blanda. Se mantiene sin fiebre y evolucionando según lo previsto dentro de la gravedad de las heridas producidas», concluye la nota.

Así fue la cornada

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