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domingo, 16 de abril de 2017

Ni Sevilla, ni Madrid: el domingo de Resurrección pasó en blanco

En ambos casos, muy pobre juego de los toros

Taurologia.com
Al menos en Sevilla se puso el "No hay billetes", que en Madrid todo quedó en una pobre media plaza. Pero ninguna historia que contar en una fecha emblemática en Madrid y, sobre todo, en Sevilla. Ni los toros de Montealto en Las Ventas, ni los de Núñez del Cuvillo en la Maestranza sacaron el fondo y las condiciones necesarias para para hacer el toreo. Además de la entrega plena de Roca Rey en el coso del Baratillo, lo demás se diluyo en detallas sueltos, los más relevantes de los cuales corrieron a cargo de Curro Díaz y de José Mª Manzanares, más algún destello de Morante. 
 
SEVILLA. Primera del abono. Lleno de “No hay billetes”. Toros de Núñez del Cuvillo, muy diversos de y de pobre juego. Morante de la Puebla (de azulina y plata), silencio tras un aviso y ovación. José María Manzanares (de nazareno y oro), silencio y ovación tras aviso. Roca Rey (de violeta y oro), ovación y ovación. 

Asistió a la corrida la Infanta Elena, acompañada de su hija Victoria Federica.

A la conclusión del paseillo se guardó un minuto de silencio por Pepe Ordóñez, Manolo Cortés y el niño Adrián Hinojosa. 

MADRID. Media entrada. Toros de Montealto, con presencia desigual y deslucidos de juego. Curro Díaz (de marino y oro), palmas, silencio y ovación. José Garrido (de granate  oro), silencio, silencio y silencio. 

PARTE MÉDICO DE ANTONIO CHACÓN: "Puntazo corrido y rotura fibrilar 1/3 distal bíceps femoral muslo derecho. Es atendido en la enfermería de la Plaza de Toros y se traslada al Hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico reservado. Firmado Dr. García Padrós.
Como ocurrió con la victorinada de hace siete días, sin historia alguna el mano a mano que Simón Casas montó como continuidad de la tarde emotiva del otoño. Es lo que tiene este Arte, que nace y muere en un instante. Si no se conjuntan una serie de circunstancias, el castíllo de naipes cae por los suelos.

 La esperada corrida de Montealto --desiguales en tipo e igualados en su escaso juego-- resultó a la postre el factor decisorio. De hecho, hasta el quinto de la tarde la cosa iba cuesta abajo irremediablemente. Ese “montealto”, con un punto de nobleza, permitió a Curro Díaz hilvanar un par se de series con mucha enjundia, aunque la faena no terminara de redondearse y y acabo con fallo a espadas.

La entrega de José Garrido no resultó suficiente para superar esta prueba tan importante en el inicio de la temporada. Ninguno de sus tres enemigos, que pronto se vinieron abajo,  le dieron opciones a mayores lucimientos.

Pero igualmente en Sevilla el encierro preparado, en este caso con el hierro de Núñez del Cuvillo, repitió casi punto por punto lo ocurrido en el ruedo de la capital. Sin ningún fondo prácticamente de que pisaron el albero maestrante, ni siquiera el empeño y el riesgo asumido por Roca Rey, que desde el paseíllo ya iba con el acelerador pisado a topo, resultaron suficientes para enderezar la tarde.

Lo más sólido, dos series de muletazo de Manzanares con el 5º, el más potable de los “cuvillos”. Los detalles propios de Morante no pudieron pasar a mayores, ni con el público muy predispuesto a aplaudirle.

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