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jueves, 23 de noviembre de 2017

Paco Camino se negó a matar un toro y acabó 24 horas en una comisaría de Lima


Hace medio siglo, el torero sevillano pasó un surrealista día en el calabozo entre cantes, guitarra y fútbol


Paco Camino
Paco Camino - ABC
 

ABC.ES

Sucedió hace medio siglo, en la feria taurina de la capital peruana. Una jornada marcada entre lo surrealista y lo estrambótico. Bronca en la plaza, torero detenido, juerga flamenca en comisaría y partido de fútbol matinal entre diestros y personal de servicio.

En la tercera corrida del ciclo del Señor de los Milagros de Lima, celebrada a comienzos del mes de noviembre de 1967, Paco Camino se negó a matar un toro de la ganadería peruana de La Viña.

Y ahí comenzó todo. Compartía cartel aquel día con Curro Girón y El Viti. El quinto toro fue devuelto a los corrales y en su lugar salió un impresentable animal que también se fue a los corrales por el enfado del público.

Según el relato de la revista El Ruedo, el sobrero bis lucía imponente trapío y Camino no se confió. Dos trapazos y a matar entre una bronca cada vez más sonora. Dos pinchazos. La arena se llena de almohadillas y todo tipo de objetos lanzados desde los tendidos, y el torero decide retirarse a las tablas, negándose a matar al toro. En ese momento fue detenido y conducido a la enfermería, de allí a una comisaría de Policía. «El toro estaba toreado», fue la defensa del diestro.

Desde la embajada española se medió para que Paco Camino pudiera volver al hotel, dejando el incidente en una sanción, pero el comisario fue tajante: «24 horas de arresto obligatorias, es lo que dice el Reglamento». No había nada más que hablar.

Con El Cordobés y Aparicio

A la comisaría llegó Manuel Benítez «El Cordobés» para apoyar al compañero, y lo hizo con víveres, con ropa de abrigo y hasta con una guitarra. Cuenta la crónica que ya no se separó de su compatriota. Como Julio Aparicio, que tampoco quiso dejarlos solos. La noche se debió de ir calentando. Cante, palmas y taconeo, hasta la hora de dormir.

Y por la mañana, tras el desayuno, qué mejor que estirar las piernas jugando a fútbol. Un partido entre diestros y personal de la comisaría, en el que el torero de Camas sorprendió por su dominio del balón. El momento quedó reflejado en la portada de ABC de Sevilla del 4 de noviembre de ahora hace medio siglo.

Llegaron las cinco de la tarde y con las 24 horas de arresto cumplidas, Paco Camino, acompañado de sus inseparables Benítez y Aparicio, abandonó la comisaría, no sin antes pagar la multa de diez mil soles y agradecer el trato recibido.

Y mientras en la prensa peruana se abrió la polémica sobre si el torero había recibido un trato de favor, o si sus amigos habían dormido o no junto a él en las dependencias policiales, y hasta si el alcohol corrió más de la cuenta, Camino volvió a los días a la plaza limeña y consiguió un triunfo resonante. Las paces con la afición.

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