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sábado, 25 de agosto de 2018

FERIA DE LA VIRGEN DEL MAR

 

Los tres rejoneadores salieron a hombros en el cierre de Almería CULTORO


Menos público del esperado en el cierre de Almería. Ello no fue ningún obstáculo para que los asistentes se lo pasaran muy bien. Hubo alegría y pocas exigencias. A cambio, ratos de buen rejoneo.

Pablo Hermoso de Mendoza cuajó una buena labor al que abrió plaza, toro muy bueno de El Capea. Fue una labor pulcra, certera a la hora de clavar y con pocas concesiones a la galería. Como estrella destacó Berlín, que anduvo sobrado. Mató de un buen rejón y la oreja fue el premio adecuado.

Con el cuarto, un toro sin celo y muy flojo, sacó de nuevo a Berlín, caballo que todo lo ejecuta con suma facilidad. El explosivo Dalí animó el cotarro y al toro, al que le costaba un mundo seguir a los caballos. Todo lo hizo el navarro. El rejón cayó atrás y las orejas en sus manos.

El segundo, con el hierro de Carmen Lorenzo, fue otra cosa. Se metió mucho por los adentros y se cruzó con las cabalgaduras. Lea Vicens se mostró como una buena lidiadora, tratando siempre de quitarle al animal sus querencias. Sobre Bético corrió a dos pistas con temple. No mató bien, pero su carisma había calado en el público que le premió con la oreja.

El quinto fue un toro con gran movilidad. Tanta que lo castigó con dos farpas. Sobre Gacela quebró la alegre embestida del llamado Jurídico con banderillas brillantes. No se cansó de embestir el toro de Capea y Lea lo cuajó con su buena doma y la facilidad que le proporciona su progreso. Salieron Jazmín y Diluvio como muestra de su excelente cuadra. El rejón cayó traserísimo, norma habitual en el toreo a caballo actual. La oreja le abrió la puerta grande para salir con sus compañeros de cartel.

El joven Guillermo sigue con novillos cuando su preparación ya le permite sobradamente lidiar toros. No se entiende el motivo. El tendido se sorprende cuando aparece un novillo en el ruedo después de la lidia de dos toros. Guillermo progresa adecuadamente. El novillo fue birrioso, sin fuerzas ni vitalidad, pero el chaval lo suplió con destellos muy brillantes sobre Ícaro y colocó uno de las cortas a dos manos sobre Pirata. De salida se retiró del ruedo Napoléon, lesionado en un traspiés. El rejonazo cayó en la mitad del lomo, pero la gente estaba encantada. Oreja.

El novillo que cerró la tarde colaboró para que Guillermo se uniera al triunfo en la tarde. Corró a dos pistas sobre Disparate, caballo ya consagrado por su padre y que siendo una maravilla. Las flores sobre Pirata y el par de las cortas a dos manos sobre este equino encendieron la noche almeriense. El novillo de Capea embistió hasta su último suspiro. El rejón final le puso las orejas en las manos. Los tres rejoneadores se fueron a hombros entre la alegría popular.

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