El conformismo novilleril y los triunfos que no volverán
Pablo Mora corta la única oreja en una noble novillada en la Feria del Pilar
Pablo Mora torea de rodillas - Fabián Simón
Pero
con todo, lo más preocupante es una actitud de «aquí no pasa nada». Si
se falla con las banderillas, se busca de igual forma el aplauso que si
se hubiera clavado arriba y en la cara. Da igual poner al novillo en
suerte y salir por la cola del caballo, no importa que la lidia se
convierta en capeas...
Pablo Mora, Francisco de Manuel y Manuel Diosleguarde debieron
salir a comerse los novillos.
Disculpas puede haber para todos los
gustos y hasta puede que todas sean válidas, pero la realidad es que
ofrecieron una tarde en la que les sobró pulcritud y oficio y les faltó
raza y hambre de toros. Una oreja cortó Mora a primero y cuajó los
únicos momentos de cierta emoción. La vuelta al ruedo de Francisco de
Manuel se la ganó en una resuelta serie con la izquierda, y Diosleguarde
anduvo muy preocupado de las formas. Se esfumaron triunfos que ya no
volverán.
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