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jueves, 1 de noviembre de 2018
«Caramelo», el toro que mató tres caballos y peleó contra un tigre y un león en Madrid
Corría el año 1848 en Madrid. Era un 15 de agosto cuando saltaba a la arena un toro de Manuel Suárez Jiménez, ganadería que pastaba en Coria del Río. Colorado y veleto, se llamaba «Caramelo» y cuentan que luchó contra un león y un tigre de manera victoriosa. Tanto es así que tres semanas después, el 9 de septiembre, se lidió en la misma plaza: tomó tres varas y mató a tres caballos, «siéndole perdonada la vida».
Pero hubo más: «El 11 de noviembre del mismo año volvió a salir a la plaza de Madrid, con una guirnalda de flores en el cuello, siendo mimosamente lanceado por El Salamanquino y Cayetano Sanz». La temporada siguiente, en Bilbao, en su cuarta salida de chiqueros, «Regatero lo mató pronto y bien», según las crónicas de la época.
«Caramelo» es el primer toro de una lista elaborada por «Índice de artes y letras», un cuadro de honor «con algunos astados distinguidos por su bravura, fiereza, excepcionalidad o pinturería; muestra singular, entresacados unos y otros de distintas fuentes, fundamentalmente de la completa relación de "Toros célebres" que figura en el primer tomo de la obra "Los Toros", de José María Cossío».
En esta lista aparecen toros y novillos famosos, como «Cúchares», de Vicente Cuadrillero, que mató seis caballos; «Lancero», de Carriquiri, que acabó con once equinos y recibió 27 puyazos; «Parrillero», de Rafael Laffite, que tomó 39 varas y mandó al otro mundo a 12 caballos, o «Saltador», lidiado en Madrid en 1841 y que dejó «fuera de combate» a siete picadores y otros tantos caballos. De ahí viene lo de «en caso inutilizarse los picadores señalados en el cartel, no podrá exigirse que salgan otros».
También figura el curioso caso de «Malagueño», un toro de Manuel García Aleas, herrado con el número 67, que fue lidiado en Madrid en mayo del 25. Fue tan excepcional su bravura, que fue premiado con tres vueltas al ruedo y las dos orejas se le entregaron al ganadero. O «Morriones» (de Atanasio Linares), indultado en Granada en junio de 1878 tras matar siete caballos y herir a dos picadores. Con once años, en 1882, saltó de nuevo al ruedo y tomó once varas, con seis caballos muertos.
Y muchos más, como «Soberbio», «Andaluz» o «Almendrito»: «No sé sabe los caballos que mandó al otro mundo, que serían unos cuantos...»
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