El diestro valenciano quiere grabar un disco en 2020, en el que podría colaborar Julio Iglesias, mientras combina sus actuaciones taurinas con la promoción de su propio aceite de oliva
Antonio Lorca
SevillaEl diestro Enrique Ponce (Chiva, Valencia, 1971) está que no para. Está en plena promoción del aceite de oliva virgen extra “único y exclusivo” que produce en su finca jienense de Úbeda; el año que viene va a grabar su primer disco y, según ha comentado hace unos días en Valencia, se encuentra “en el mejor momento” de su vida como torero. Si se tiene en cuenta que acaba de cumplir 48 años y que la temporada que viene será la número 30 de su carrera, se puede concluir que está diversificando sus ingresos para el futuro, aunque entre sus planes más próximos no está el de colgar de manera definitiva el traje de luces.
Según adelantó hace unas semanas la revista ¡Hola!, el torero debutará en 2020 como cantante con un disco que le está preparando el grupo Materia Prima, con cuyos tres componentes, los hermanos Mónica, Juan y Pedro Fernández de Valderrama, mantiene una estrecha amistad. Además, la misma publicación asegura que Ponce podría contar para su trabajo musical con una colaboración estelar de Julio Iglesias, con quien cantaría un dueto.
Aunque por el momento él prefiere no adelantar ningún detalle, en caso de confirmarse Enrique Ponce alcanzaría otra de sus metas, pues es de sobra conocida su afición por la música. Los que le conocen aseguran que el diestro tiene buen oído, canta boleros y rancheras e imita a Luis Miguel, Julio Iglesias y Frank Sinatra. Incluso se ha aprendido la letra de la famosa canción My way (orginiaria de este último), aunque su dominio del inglés es limitado.
Ponce ha trasladado su amor por la música también a los ruedos. En junio de 2016 se encerró con seis toros en la plaza francesa de Istres, y los tradicionales pasodobles taurinos fueron sustituidos por piezas orquestales y bandas sonoras de películas. Incluso, a mitad de corrida, el diestro cambió el traje de luces por un esmoquin, y de tal guisa lidió el último toro de la tarde a los sones del Concierto de Aranjuez.
En agosto del año siguiente fue el protagonista de la corrida Crisol que se celebró en la plaza de toros de Málaga. En ese festejo se fusionaron el toreo, la música, la pintura, la poesía y hasta la religión, y textos de Santo Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz sonaron en el aire malagueño. Las tablas de la barrera fueron decoradas con motivos picassianos por el pintor Loren, y una orquesta, un coro, la soprano Alba Chantar y los cantantes Estrella Morente y Pitingo amenizaron el festejo con piezas como O fortuna de Carmina Burana, La conquista del paraíso, de Vangelis, y las canciones Morir de amor y Gwendoline.
Con un tono de voz dulce y agradable, el torero no desaprovecha ocasión alguna para demostrar su afición musical en fiestas y saraos. Lo que seguro que ha hecho Ponce es medir los riesgos de su nueva vocación. Jesulín de Ubrique ya lo intentó en 1994 con aquella canción titulada Toda que, más que añadir prestigio a su figura, lo que consiguió fue mermar considerablemente su consideración como torero en los ruedos.
Mientras ensaya su presentación oficial como cantante, Enrique Ponce combina sus actuaciones taurinas con la promoción de un aceite que producen sus olivos jienenses. Según reza la página web, se trata de un aceite virgen extra, “único y exclusivo”, seleccionado de las mejores aceitunas, con utilización de las más modernas tecnologías para preservar la temperatura y todas sus características, y embotellado en un cuidado y opaco envase, diseñado por su esposa, Paloma Cuevas.
Ponce acaba de presentar su nuevo producto en Valencia, donde ha asegurado estar disfrutando del que quizás sea su "mejor momento como torero", según ha dicho el propio diestro tras regresar de la primera parte de su temporada taurina en América. “Enrique es una combinación de talento natural, esfuerzo y disciplina”, ha dicho de él en alguna ocasión el Premio Nobel Mario Vargas Llosa. “Ponce torea como si pintara”, ha añadido el artista colombiano Fernando Botero.
Además de los toros, a Enrique Ponce le encanta la moda y practica el golf, la caza y el esquí. Todo, sin perder la compostura de hombre elegante, educado y, ahora, también cantante e industrial aceitero.
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