Aunque ha experimentado una mejoría dentro de la gravedad, es necesario quitarle la prótesis para que remita la infección
Vicente Ruiz «El Soro» - Míkel Ponce
Madrid
Vicente Ruiz «El Soro» será sometido este jueves a una intervención quirúrgica para retirarle la prótesis de su pierna izquierda, esa pierna biónica con la que superó retos como volver a torear y entusiasmar a los soristas en su plaza de Valencia.
El torero de Foyos, de 57 años, permanece ingresado en la UCI del hospital Clínico de la capital del Turia después sufrir un cuadro crítico: una sepsis derivó en fallos renales y una parada multiorgánica que hicieron temer lo peor. «Creíamos que se iba», comentó su inseparable pareja, Eva Rogel, hace dos días. Pero todos los suyos confiaban en la fortaleza y capacidad de superación del diestro, con casi 40 operaciones en la pierna, y otras tantas cornadas, como la gravísima en la que un toro le partió la femoral en Madrid.
De todo ha salido vencedor El Soro, que desde ayer ha experimentado «una mejoría con el tratamiento de antibióticos, pero el antibiótico no mata la bacteria de la infección en la prótesis», cuenta el torero Javier Vázquez -con quien comparte el apoderamiento de Jesús Duque-, que mantiene la esperanza en la recuperación después de tantas lecciones de entereza del maestro valenciano.
Por ese motivo, para acabar con esa infección y así poder salvar al hombre, Vicente Ruiz será operado este jueves, en la anochecida ya y en un quirófano especial. Su entorno se muestra esperanzado en que todo salga bien al retirar esta prótesis y colocar unos tensores. Después, se baraja la posibilidad de que el doctor Cavadas le coloque otra prótesis, ya más avanzada. Pero ahora lo importante es mañana.
Hace una semana, cuando abandonaba el centro clínico tras superar varias anginas de pecho -en su historial médico figuran infartos y casi setenta operaciones («tengo el guinnes de las operaciones», bromeaba el propio matador en 2018)-, El Soro aseguraba que «a este toro le voy a dar la lidia que merece». Consciente de lo delicado de esta intervención, su fuerza interior y su fe en la Virgen de los Desamparados le arropan ahora, además del cariño de toda la afición.
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