Jesús Alberto Araujo
El Castoreño
Cargaba aun la sonaja en las manos,cuando Vitico se emocionaba al oír un pasodoble...Premonición o visión.
Se dio a conocer en distintas radios que lo invitaban y siempre con su libreta de datas apuntes y fechas bajo el brazo.
Pasaron los años y el joven comentarista cada fía enriquecía sus conocimientos taurinos,cosa que lo hizo casi imprescindible en los programas de feria.
Con cierta madurez pero con ilusiones ciertas voló a la madre patria donde recorrió ferias y plazas y solidificó sus saberes,recogiendo para así,un sin fin de amistades entre ellas toreros,ganaderos,revisteros y aficionados,cosa que lo llenaron de orgullo.
Tuvo a bien estando aun niño de querer conocerme y emocionarse al darme la mano en El Chaparral en Tovar y fue mas su emoción cuando lo invite a sentarse a mi lado su hogar,noble y bendito me acogió en un suculento almuerzo que deguste junto a su mama y su hermano,cosa que mi corazón agradeció.
Sin querer ser torero aprendió a torear para poder ver con claridad aquel difícil arte y llegó a ser compañero radial y televisivo del recordado Kike Rosales en San Cristóbal.
Hoy dia perfecciona su oficio de piloto civil y cruza los cielos de la tierra que lo vio nacer llevando en su pecho doradas alas como doradas son las luces de los trajes de torear con los que tanto soño.
Hasta su amorosa madre un saludo y hasta el revistero un apretón de manos...capotes crónicas y alas.
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