Mundotoro
La localidad cántabra de Pesaguero es el ejemplo perfecto de la importancia del toreo en el mundo rural, gracias al esfuerzo de todos. Una idea de Tudanca Toros para llevar la embestida de un toro a plena comarca de Liébana. Hablamos con Enrique Sabaris, fiel defensor del toreo por propia defensa del mundo rural.
‘La gente de Pesaguero está encantada. Al principio, no se creían que una figura del toreo, como Diego Ventura, y unos primeros espadas, como El Fandi y Román, vinieran a Pesaguero’, asegura Enrique Sabaris. ‘Nosotros ayudamos al mundo del toro, somos una zona muy rural, con riesgo de despoblación y la Tauromaquia nos ayuda también a darnos a conocer’, sostiene.
Esa importancia que tiene el toreo en el mundo rural para fijar población, también se potencia en la economía local. ‘Pesaguero tiene 300 habitantes, por lo que no existen mucha infraestructuras turísticas y hoteleras. Pero la capital de la comarca de Liébana, que es Potes, tiene los hoteles y los restaurantes prácticamente llenos. Toda la comarca está volcada con los toros, porque Pesaguero consigue reunir a unas 1.500 personas y pocos actos lo consiguen’, sostiene.
Una corrida que finalmente se celebrará el domingo tras la previsión de lluvia para el sábado. Los plásticos ya cubren la plaza de toros para el éxito del espectáculo. Una decisión que se tomó para el beneficio del espectador y ante la garantía de celebración. ‘Pesaguero se rinde ante el empresario’, asegura el alcalde. ‘No es fácil organizar un festejo y ya van tres años, en los que han venido Guillermo Hermoso de Mendoza, Cayetano… No me quiero dejar a nadie, porque los profesionales están haciendo un esfuerzo por Pesaguero’.
Un esfuerzo de la Tauromaquia que vitaliza al mundo rural. ‘Somos lo rural, dentro de lo rural y nos sentimos muy identificados con la Tauromaquia y la caza. Somos de pueblo a mucha honra y el mundo rural casa con nuestras costumbres. No es fácil decir me gustan los toros hoy en día, pero nosotros estamos orgullosos’, analiza.
Precisamente, Pesaguero fue el primer municipio en adherirse al Pacto de Santander en contra del animalismo. ‘Lo teníamos claro desde el primer momento y lo llevamos a pleno. Salió adelante por unanimidad porque refleja el mundo rural. Es una manera de defendernos. El mundo rural se tiene que defender porque el mayor enemigo nuestro es el animalismo. El mayor defensor de los animales es el ganadero y no podemos permitir que venga nadie de Bruselas o de Santander a decirnos cómo se tienen que cuidar una vaca’, concluye Enrique Sabaris.
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