El extremeño formó un lío en una corrida más buena de hechuras que de juego
Mundotoro
Una tarde de perros literales tuvo la recompensa de una faena que válida calificativos necesarios en el toreo: preciosa a veces, preciosista al tiempo, profunda y muy torera de Talavante. Hermosa faena. Desde la declaración de intenciones en el quite ceñido y enseñando al toro el faro de los vuelos del capote hasta los ayudados por bajo finales, la faena valió el precio de muchas entradas, el agua, la lluvia y el frío. Si este es el nivel del año, cuidado. Tuvo la corrida más exentas que bravura, siendo deslucido el lote de un Manzanares que mejor de entregar la cuchara, se metió en las dos faenas. A Roca Rey le burlaron una oreja sin saberse la razón y en lote al sexto, el de menos alma y raza.
Iba la tarde de golpe de viento en golpe de viento y de arreón de lluvia en arreón cuando salió el quinto con en que Talavante se echo al monte con el capote con el toro tengo y viendo más que embistiendo de verdad. Después del puyazo, mejoró el toro al que Talavante le marco el viaje con el cuerpo encajado como un faro, capote en la espalda y enseñándole los vuelos. Brindó al público con la convicción de que iba a ser.
La mayor virtud del toro es que admitió reunirse y reducirse. Las de Talavante muchas más. Una, técnica: darle tanto celo por abajo desde el cuerpo anclado y siempre para adentro los muletazos, evitando lo que el toro podía hacer, que era perder el celo por arriba o a su aire. Dos veces hizo intento de pararse y dos veces prolongó la espera el torero en toques seguidos que parecieron no existir. A partir de ahí la faena tuvo hondura e intención de ser hacia adentro y al ralentí en cada tanda y en cada remate improvisado, cambios de mano y pases de pecho que parecieron redondos por longitud y curvatura. El final a dos manos torero y cabal. Realizó bien la suerte pero al quedar la espada delantera el toro escupió la espada y al entrar a descabellas Manuel Izquierdo le pegó una voltereta. Dos orejas de premio para una faena de un contenido para disfrutar y meditar . Si Talavante esta así , al loro.
Más hechuras que clase y bravura en la corrida. Muy metido con un mal lote Manzanares. El primer toro de la tarde estuvo muy bien presentado. Fue complicado, más por el pitón izquierdo que por el derecho. El diestro alicantino hizo un gran esfuerzo, teniendo en cuenta el vendaval y la lluvia que caía en el ruedo. Fue una faena muy lograda de Manzanares, basada en el mando por el pitón derecho del animal, pues por el izquierdo era complejo porque iba sobre las manos. Recibió una ovación. El cuarto fue un toro bien presentado pero que no tuvo clase ni entrega y que se rajó muy pronto. Manzanares estuvo muy metido en la faena porque no se aburrió, cerca de tablas y sometiendo al toro en línea paralela, sacando tres tandas que tuvieron el empaque y la ligazón suficiente para levantar la faena. Ovación.
El tercero fue un toro bien presentado, con cuerpo, estrecho de sienes, al que Roca Rey lanceó muy decidido, sacándoselo a los medios y rematándolo con tres tijerillas. La lluvia y el viento siguieron molestando durante la lidia. Fue el toro de más clase, pero que se rajó muy pronto, después de dos tandas con enjundia y despaciosidad de Roca Rey. La otra mitad de la faena fue pegado a tablas, jugando con la querencia del toro, con muletazos en redondo. Una faena para cortar una oreja de sobra, pero que no fue premiada por el presidente. Todo se quedó en una ovación. El sexto y último de la tarde fue un toro vacío, sin raza ni fuerza. El más deslucido del encierro. Solo le permitió a Roca intentarlo, pero sin lucimiento.
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