Camilo Castro, un ciudadano francés que fue liberado tras varios meses preso en Venezuela, sufrió «condiciones de detención extremadamente difíciles», afirmó este domingo su padrastro, que lo recibió en un aeropuerto de París.
Había acudido allí para renovar su visado de residencia colombiano, que había caducado, explicó su familia en agosto.
A mediados de septiembre, la madre de Castro, Hélène Boursier, afirmó que no había tenido noticias de él, salvo un mensaje de audio recibido a finales de julio en el que Camilo Castro «pedía ayuda».
«No podemos concebir (la emoción que esto representa) en comparación con todas las alegrías que tenemos en la vida, todas las sorpresas agradables, todos los alivios», declaró Boursier a
«Vamos a luchar para que esto no vuelva a suceder. (…) No porque para nosotros haya terminado bien vamos a quedarnos ahí. Pensamos en los demás, no los vamos a olvidar», insistió esta activista de larga data de Amnistía Internacional, que vive cerca de Toulouse, en el sur de Francia.
El padrastro de Castro contó, antes de su llegada a Francia, que habían hablado por teléfono cuando fue trasladado a la embajada de Francia en Caracas.
«Estaba muy contento de haber salido», indicó Guibert, pero matizó que «no se sale de la cárcel el día que se obtiene la libertad».
«Hay todo un proceso de readaptación al mundo, hay todo un proceso para retomar contacto con la vida normal. Y ahora nuestra tarea será preservarlo y crear las condiciones que le permitan volver a empezar con buen pie», concluyó.
En un informe publicado a mediados de julio, Amnistía Internacional denunció la política de «desapariciones forzadas» llevada a cabo desde la reelección del presidente venezolano Nicolás Maduro contra opositores y ciudadanos extranjeros.
AFP











