Víctor Ramírez "Vitico"
La foto final de la corrida reflejaba dos triunfos, un matador de toros y un novillero a hombros por la puerta grande, aunque hilando fino son triunfos de distinto peso. Lo mejor de la tarde sin duda ver la plaza llena, lo que nos llena a todos de fe y esperanza.
Jesús Enrique Colombo no acusó para nada el largo ajetreo de sus compromisos mexicanos previos. Con su primero abrió fuego con largas cambiadas, verónicas, caleserinas y tres pares de banderillas emocionantes. Abrió este trasteo con muletazos rodilla en tierra para tirar de oficio y entrega ante un toro noble pero algo tardo y soso. Vibrante labor rematada con la contundencia habitual con la espada. Con el cuarto ( se corrió turno) Colombo volvió a destacar en el manejo del capote, larga cambiada, delantales y un muy vibrante tercio de banderillas. Muy expresivo con el público, el tachirense clavó cuatro pares, uno de ellos arrancando con dos al mismo tiempo, primero con un violín y luego otro de poder a poder. Dio la vuelta al ruedo tras este tercio. En el tercio final abrió con pases por alto parado en el estribo para llevarse al astado a los medios. Faena vibrante, con muchos pases, destacando algún natural largo y los pases de pecho. Un pinchazo y estocada volcándose fueron el pasaporte para el tercer trofeo y su décima puerta grande en esta plaza.
El novillero Marco Pérez estuvo bien con su primero, un novillo noble que tomó las telas con movilidad. Lo lanceó de rodillas a la verónica, por delantales, se lució en rítmicas navarras y de nueva cuenta abrió de rodillas con la muleta lo cual tiene un efecto inmediato en el alegre público. Pérez ligó varias series de pases templados por ambos lados, con gusto y estética. Una estocada puso en sus manos el par de orejas.
Con su mansurrón segundo, el joven diestro se mostró muy valiente y entregado, con un novillo que se fue a tablas con su mansedumbre a cuestas. Allí trabajó como en el día de la Creación el novillero. Muchos muletazos, voluntad a raudales. Pero lo de la espada fue un auténtico calvario. La misma historia se repitió en el novillo que regaló para resarcir su orgullo torero.
Destacó en un exquisito quite por chicuelinas. Marco hizo una faena larga, con buenos momentos, ante un astado noblote que le dejó hacer. Lo de la espada fue de nuevo un recordatorio de que hay que seguir entrenando mucho.
Román llegó al hotel sólo hora y media antes de la corrida tras un largo viaje desde México. Pero en la plaza no se notó para nada y se mostró entregado y valiente. Dos largas cambiadas de rodillas, lances a pies juntos fueron su tarjeta de presentación.
Con oficio, aprovechó la movilidad del toro para torear con temple en varias tandas por ambos lados abrochadas con espléndidos pases de pecho. Perdió pie en el primer pinchazo, el toro hizo por él en el suelo propinándole una gran paliza de la salió con cornada interna. Hubo petición de oreja que bien pudo ser atendida. Corrió turno para ser atendido en la enfermería, salió con un jean por taleguilla, se entregó con honradez pero literalmente no pudo hacer nada ante un toro soso, parado y tardo.
Ficha de la corrida
Plaza de toros de Mérida
Lunes 3 de marzo.
Casi lleno en tarde agradable.
Toros y novillos de Los y, desiguales de presentación y juego. Nobles y con movilidad destacando segundo, tercero y cuarto, el resto sosos, terminando rajados o parados. El más deslucido el sexto.
Pesos: 480, 471, 412,475,430,454,430 kilos.
Román, de espuma de mar y plata con remates negros: Saludos tras petición y palmas.
Jesús Enrique Colombo, de nazareno y oro: Dos orejas y oreja.
Novillero Marco Pérez, de verde manzana y oro: Dos orejas, silencio tras dos avisos y silencio tras dos avisos.
Se rindió un emotivo homenaje al picador Luis Quintana en su retirada y al anunciador Ali Parra que se despedía de la plaza. En el intermedio de la corrida se hizo paseíllo de honor al picador que quitándose castoreño y chaquetilla ponía punto final a 50 años de trayectoria. Destacaron en la brega Gerson Guerrero que estuvo perfecto cerrando al tercer novillo y en banderillas Fabián Ramírez. El resto de las cuadrillas cumplió bien. Román pasó a la enfermería tras lidiar al primero siendo atendido de una cornada interna en un muslo y excoriaciones en el rostro, por ello corrió turno y lidió primero y sexto. Jesús Enrique Colombo y Marco Pérez salieron a hombros con los empresarios José Luis Rodríguez y Gabriel Manfredi.
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