Ivan Fandiño y Jiménez Fortes son ovacionados y dejan buenas
sensaciones en Sevilla
Aplausos
Con el sobrero de Montealto que hizo
sexto, manejable pero ayuno de clase, Fortes mostró de nuevo valor frío, seco,
junto a una firmeza tremenda y el sorprendente cuajo de un torero hecho a pesar
de sumar apenas ocho meses de alternativa. Esperó bien al toro, afianzado y con
las plantas de las zapatillas atornilladas en la arena y terminó con desplante
y varias manoletinas previas a una estocada tendida y contraria de la que salió
con la banda taleguilla rajada. Fue ovacionado.
El quinto fue un toro de pelo
burraco protestado por su falta de fuerzas en los primeros tercios de la lidia.
No lo cambió la presidencia y aunque el astado aguantó, nunca hubo emoción en
su embestida. De escalofrío fue el cambiado por la espalda de Iván Fandiño con
el que abrió la faena de muleta. Faena decorosa, muy por encima de las
circunstancias, pero sin eco.
El cuarto fue devuelto a los
corrales tras una manifiesta endeblez. En su lugar salió un sobrero que, a
diferencia del resto de sus hermanos, tuvo movilidad y emoción. Pero embistió
áspero el toro, sin mucha fijeza y reponiendo mucho en los muletazos. Le limó
asperezas en doblones de bella factura antes de entrar a matar.
No se acopló de salida Jiménez
Fortes con el tercero de la tarde, bien hecho y de pavorosa cornamenta. Picó
con mucha pureza Tito Sandoval en un segundo encuentro en el que dejó caer muy
bien el palo. El toro no se definió desde el principio y en la muleta declinó
la pelea como el resto de sus hermanos. Agarrado al piso no se entregó en
ningún momento. Firme y dispuesto el malagueño, muy por encima del toro. No
estuvo acertado con los aceros.
Muy bien se acopló de salida Iván
Fandiño con el segundo de la tarde, colorado ojo de perdiz, dejando verónicas
que tuvieron compás y ritmo. Respondió con otro buen toreo de capa Jiménez
Fortes en el quite, con cuatro chicuelinas de mano baja y una buena media. Pero
este ilusionante comienzo quedó en agua de borrajas porque el toro se vino muy
abajo en la muleta, parándose desde los primeros compases. No tuvo opción el
vizcaíno. Mató de buena estocada.
El primer toro desarrolló
complicaciones y cierto sentido en la faena de muleta, donde nunca embistió
humillado ni metido en los vuelos. Con peligro sordo el de El Ventorrillo, que
le avisó al torero en alguna ocasión. Diego Urdiales lo intentó sobre ambas
manos pero sin conseguir lucimiento. Dejó una buena estocada con habilidad. Con
este toro entró en turno de quites Iván Fandiño con ceñidas gaoneras, que
fueron la tarjeta de presentación de sus intenciones.
Sevilla, 19 de abril de 2012. Toros
de El Ventorrillo, bien
presentados pero flojos y sin entrega. 4º y 6º devueltos; y uno de Montealto (6ºbis). DIEGO URDIALES: Silencio y silencio
tras aviso; IVÁN FANDIÑO:
Silencio y ovación con saludos tras aviso; JIMÉNEZ FORTES: Silencio tras aviso y ovación con
saludos. Entrada: media
plaza.
Foto: Arjona
Aplausos
Con el sobrero de Montealto que hizo
sexto, manejable pero ayuno de clase, Fortes mostró de nuevo valor frío, seco,
junto a una firmeza tremenda y el sorprendente cuajo de un torero hecho a pesar
de sumar apenas ocho meses de alternativa. Esperó bien al toro, afianzado y con
las plantas de las zapatillas atornilladas en la arena y terminó con desplante
y varias manoletinas previas a una estocada tendida y contraria de la que salió
con la banda taleguilla rajada. Fue ovacionado.
El quinto fue un toro de pelo
burraco protestado por su falta de fuerzas en los primeros tercios de la lidia.
No lo cambió la presidencia y aunque el astado aguantó, nunca hubo emoción en
su embestida. De escalofrío fue el cambiado por la espalda de Iván Fandiño con
el que abrió la faena de muleta. Faena decorosa, muy por encima de las
circunstancias, pero sin eco.
El cuarto fue devuelto a los
corrales tras una manifiesta endeblez. En su lugar salió un sobrero que, a
diferencia del resto de sus hermanos, tuvo movilidad y emoción. Pero embistió
áspero el toro, sin mucha fijeza y reponiendo mucho en los muletazos. Le limó
asperezas en doblones de bella factura antes de entrar a matar.
No se acopló de salida Jiménez
Fortes con el tercero de la tarde, bien hecho y de pavorosa cornamenta. Picó
con mucha pureza Tito Sandoval en un segundo encuentro en el que dejó caer muy
bien el palo. El toro no se definió desde el principio y en la muleta declinó
la pelea como el resto de sus hermanos. Agarrado al piso no se entregó en
ningún momento. Firme y dispuesto el malagueño, muy por encima del toro. No
estuvo acertado con los aceros.
Muy bien se acopló de salida Iván
Fandiño con el segundo de la tarde, colorado ojo de perdiz, dejando verónicas
que tuvieron compás y ritmo. Respondió con otro buen toreo de capa Jiménez
Fortes en el quite, con cuatro chicuelinas de mano baja y una buena media. Pero
este ilusionante comienzo quedó en agua de borrajas porque el toro se vino muy
abajo en la muleta, parándose desde los primeros compases. No tuvo opción el
vizcaíno. Mató de buena estocada.
El primer toro desarrolló
complicaciones y cierto sentido en la faena de muleta, donde nunca embistió
humillado ni metido en los vuelos. Con peligro sordo el de El Ventorrillo, que
le avisó al torero en alguna ocasión. Diego Urdiales lo intentó sobre ambas
manos pero sin conseguir lucimiento. Dejó una buena estocada con habilidad. Con
este toro entró en turno de quites Iván Fandiño con ceñidas gaoneras, que
fueron la tarjeta de presentación de sus intenciones.
Sevilla, 19 de abril de 2012. Toros
de El Ventorrillo, bien
presentados pero flojos y sin entrega. 4º y 6º devueltos; y uno de Montealto (6ºbis). DIEGO URDIALES: Silencio y silencio
tras aviso; IVÁN FANDIÑO:
Silencio y ovación con saludos tras aviso; JIMÉNEZ FORTES: Silencio tras aviso y ovación con
saludos. Entrada: media
plaza.
Foto: Arjona
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