Triple puerta grande de Morante, El Juli y Talavante en Don Benito
Castella y Juan Pablo Sánchez triunfan en Navalmoral
El
empresario José Cutiño volvió a bordarlo en el coso pacense de Don Benito. No
defraudó el cartel de primeras figuras: Morante de la Puebla, con una oreja en
cada toro; El Juli, que hizo pleno con cuatro trofeos; y Alejandro Talavante,
que también desorejó a su lote, salieron a hombros entre la aclamación de los
tendidos, que casi llenaron la plaza y aguantaron la lluvia, que empezó a
caer en la segunda parte.
Se
lidió una buena corrida de Garcigrande
y Domingo Hernández en un festejo en el que se conmemoraba el primer
aniversario del coso.
Morante dejó
pinceladas de regusto toreando a la verónica al toro que abrió plaza, faena que
amplió con la muleta, de la que sacó algunos matices cargados de torería. Soso
resultó el cuarto toro de la tarde, con el que no pudo mostrar su brillantez
salvo en algunos muletazos templados con la derecha, deslucidos por la lluvia
que hizo acto de presencia, según crónica de Efe.
El Juli estuvo
dominador con el segundo toro de la tarde, que tuvo recorrido y fijeza hasta
mediada la faena, realizada básicamente con la izquierda hasta que el animal
comenzó a cabecear y molestar al torero, que hubo de superarlo utilizando su
dominio. La lluvia no fue óbice para que se doblara con el quinto para ejecutar
una faena de gran valía torera por su dimensión y entrega.
Talavante acarició
con su capote al tercero, que tomó la muleta con codicia obedeciendo al
diestro, que creaba torería con su prodigiosa mano izquierda. El torero de
Badajoz cerró con un toro de presencia anovillada y corretón, con el que logró
una faena vistosa y comprometida que a punto estuvo de ser alcanzado por el
pitón izquierdo del animal y que estuvo muy bien rematada con la espada.
En
tierras extremeñas se extendió el éxito, pues también hubo salidas a hombros en
el coso de Navalmoral de la Mata (Cáceres). El francés Sebastián
Castella y el mexicano Juan Pablo Sánchez cortaron tres orejas por coleta y se
marcharon en volandas de la cubierta. No tuvo la misma suerte su compañero de
cartel, Francisco Rivera Ordóñez «Paquirri», que hubo de conformarse con sendas
ovaciones por culpa de su fallo con el acero. Con los tendidos casi llenos, se
lidió una interesante corrida de Alcurrucén.
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