FERIA DE PENTECOSTÉS
Ponce y Luque, dos orejas cada uno en el cierre de Nimes
Talavante fue silenciado en su lote
Rolland Agnel
Fotos: Roland Costedoat
Enrique Ponce y Daniel Luque han cortado dos orejas cada uno en el último
festejo de la Feria
de Pentecostés de Nimes, en el que también ha actuado Alejandro Talavante, que
ha sido silenciado en sus dos turnos. Se ha lidiado una corrida de Juan Pedro
Domecq correcta de presentación y noble en líneas generales aunque de muy
escasa emoción.Abrió plaza Enrique Ponce con un terciado ejemplar de Parladé, que fue un buen toro, noble pero sin transmisión. Ante él se dobló el valenciano en el inicio de su faena de muleta, rematando el prólogo con bonito cambio de mano y notable pase de pecho. Las series posteriores sobre los dos pitones tuvieron corrección ante una res repetidora pero demasiado suave y sosa, por lo que la labor del valenciano no terminó de calar en los tendidos. Mató de estocada trasera caída y saludó tras pedírsele levemente la oreja.
Última de Pentecostes en Nimes |
El segundo, que dio una voltereta de campana en el capote, recibió dos picotazos y aun así sacó poca fuerza y perdió las manos en varias ocasiones. El de Juan Pedro fue noble pero no tuvo apenas transmisión y su matador, Alejandro Talavante, dio pases por los dos pitones pero sin lograr que su faena despegara. Mató de media y descabello.
Enrique Ponce |
Daniel Luque escuchó protestas a la hora de recoger la oreja concedida por el presidente pedida por el público. El toro, bien presentado, fue recibido por verónicas rematadas con larga cordobesa y recibió poco castigo en varas. Arrancó por alto el sevillano, midiendo las mínimas fuerzas del toro en series por los dos pitones esforzadas. Terminó en terrenos de cercanías, intentando despertar a la gente y mató de estocada entera. Simón Casas protestó airadamente en público al asesor artístico del palco presidencial por no querer premiar a su poderdante, armándose una gresca considerable con el público.
Saludó bien con verónicas rodilla en tierra al que cerró plaza, rematando con medias y revolera. Tomó dos cortos puyazos el toro, que fue ayudado por alto en el inicio de la faena de muleta. La faena fue desigual, pero siempre se notó la buena voluntad del matador. El final por luquecinas y el arrimón terminó de calentar el ambiente. Mató de entera trasera sin puntilla.
Alejandro Talavante |
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