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miércoles, 27 de junio de 2012


De Manolete en 1946 a José Tomás en 2012

José Luis Vadillo

Jefe de sección de ELMUNDO.es

Una temporada de tres corridas. Badajoz, Huelva y Nimes. Sólo dos en España. Así será 2012 para José Tomás. No es una excepción que un figurón decida dosificarse hasta el extremo, pero sí una rareza. No es una excepción porque ya lo hizo Manolete en 1946. En la cumbre de su carrera, habiendo ganado por tarde más que ningún otro torero en la historia de la tauromaquia (eso nos suena, ¿no?), Manuel decidió hacer un único paseíllo en la Beneficencia de Madrid, en la que por entonces los toreros hacían honor al nombre del evento y no cobraban.

¿A qué se dedicó Manolete durante todo el año 46 en la cima artística y de popularidad? Pues se dedicó a vivir, algo que no había hecho de forma contínua desde que tomó la alternativa en 1939.

El Monstruo tenía una novia, Lupe Sino, a la que su familia (de rancia tradición taurina cordobesa), su entorno y el poder hacían el vacío. Antoñita Bronchales era considerada una mujer de vida licenciosa, como se decía entonces, que estuvo arrejuntada con un republicano durante la guerra. Una mala influencia, en resumidas cuentas. Para Manolete, Lupe era la puerta a la vida, a los círculos que por su origen no conocía y ante todo el único amor que tuvo.

Durante ese 1946 sabático Manolete pasó una larga temporada en Fuentelencina, un pequeño pueblo de Guadalajara, donde acompañaron a la hermana de su novia y a su esposo, recién casados. Como cuenta Carmen Esteban con pasión en 'Lupe, el sino de Manolete', (Espasa Calpe) la aparición del flamante Buick azul del diestro debió de ser vista con más asombro que si hoy aterrizarra un ovni en La Castellana. Los vecinos recuerdan que el torero se dedicó a aprender a cazar perdices con el farmacéutico y a bañarse en la charca de Valdefuentes. Hay incluso fotografías que recogen esas vacaciones alcarreñas de la pareja. Una de ellas, en la que se ve a las dos hermanas en burro y Manolete tirando del animal, fue burdamente censurada para tapar las piernas de Lupe, que lucía bañador, y el torso escuchimizado del torero.

Tras el verano, la pareja se marchó a las américas, donde el torero tenía unos contratos espaciados que le permitían vivir una especie de luna de miel. ¡Anatema! El régimen hizo circular el falso rumor de que la pareja se había casado en México para acallar los rumores (ciertos) de que cohabitaban en lujosas habitaciones de hotel, de las que se les veía salir poco entre actuación y actuación del diestro. Volvieron para la corrida de la Beneficencia del 19 de septiembre en Madrid y por Barajas desfilaron los dos jóvenes, impecablemente vestidos a la última... con nulo eco mediático para no confirmar lo que todo el mundo sospechaba en España. Inmediatamente regresaron a México, donde hicieron vida social y Lupe Sino fue muy bien recibida.

Después llegó el infausto 1947, en el que el revivido Manolete volvió a sumirse en la melancolía meses antes de la cornada mortal de Linares. Pero ésa ya es otra historia.

¿Y a qué se dedicará José Tomás en su minitemporada de 2012? De entrada, a ser padre. Después, a lo que le apetezca, como hizo Manolete hace más de 65 años.

 

 

 


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