De Manolete en 1946 a
José Tomás en 2012
Jefe de sección de ELMUNDO.es
Una temporada de tres corridas. Badajoz,
Huelva y Nimes. Sólo dos en España. Así será 2012 para José Tomás. No es una
excepción que un figurón decida dosificarse hasta el extremo, pero sí una
rareza. No es una excepción porque ya lo hizo Manolete en 1946. En la cumbre de
su carrera, habiendo ganado por tarde más que ningún otro torero en la historia
de la tauromaquia (eso nos suena, ¿no?), Manuel decidió hacer un único paseíllo
en la Beneficencia de Madrid, en la que por entonces los toreros hacían honor
al nombre del evento y no cobraban.
¿A qué se dedicó Manolete durante todo el
año 46 en la cima artística y de popularidad? Pues se dedicó a vivir, algo que
no había hecho de forma contínua desde que tomó la alternativa en 1939.
El Monstruo tenía una novia, Lupe Sino, a la
que su familia (de rancia tradición taurina cordobesa), su entorno y el poder
hacían el vacío. Antoñita Bronchales era considerada una mujer de vida
licenciosa, como se decía entonces, que estuvo arrejuntada con un republicano
durante la guerra. Una mala influencia, en resumidas cuentas. Para Manolete,
Lupe era la puerta a la vida, a los círculos que por su origen no conocía y
ante todo el único amor que tuvo.
Durante ese 1946 sabático Manolete pasó una
larga temporada en Fuentelencina, un pequeño pueblo de Guadalajara, donde
acompañaron a la hermana de su novia y a su esposo, recién casados. Como cuenta
Carmen Esteban con pasión en 'Lupe, el sino de Manolete', (Espasa Calpe)
la aparición del flamante Buick azul del diestro debió de ser vista con más
asombro que si hoy aterrizarra un ovni en La Castellana. Los vecinos recuerdan
que el torero se dedicó a aprender a cazar perdices con el farmacéutico y a
bañarse en la charca de Valdefuentes. Hay incluso fotografías que recogen esas
vacaciones alcarreñas de la pareja. Una de ellas, en la que se ve a las dos
hermanas en burro y Manolete tirando del animal, fue burdamente censurada para
tapar las piernas de Lupe, que lucía bañador, y el torso escuchimizado del
torero.
Tras el verano, la pareja se marchó a las
américas, donde el torero tenía unos contratos espaciados que le permitían
vivir una especie de luna de miel. ¡Anatema! El régimen hizo circular el falso
rumor de que la pareja se había casado en México para acallar los rumores
(ciertos) de que cohabitaban en lujosas habitaciones de hotel, de las que se
les veía salir poco entre actuación y actuación del diestro. Volvieron para la
corrida de la Beneficencia del 19 de septiembre en Madrid y por Barajas
desfilaron los dos jóvenes, impecablemente vestidos a la última... con nulo eco
mediático para no confirmar lo que todo el mundo sospechaba en España. Inmediatamente
regresaron a México, donde hicieron vida social y Lupe Sino fue muy bien
recibida.
Después llegó el infausto 1947, en el que el
revivido Manolete volvió a sumirse en la melancolía meses antes de la cornada
mortal de Linares. Pero ésa ya es otra historia.
¿Y a qué se dedicará José Tomás en su
minitemporada de 2012? De entrada, a ser padre. Después, a lo que le apetezca,
como hizo Manolete hace más de 65 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario