LA ESPADA MARCHITÓ EL TRIUNFO
DE LA NOVILLADA DE MÉRIDA
DE LA NOVILLADA DE MÉRIDA
Víctor Ramírez “Vitico” (Mérida-Venezuela)
Fotos: Germán D´Jesús Cerrada

En el prólogo del festejo la escuela reconoció con
un emotivo acto la ayuda de los ganaderos de Los Aranguez para la realización
de las novilladas de promoción, no sólo con los novillos que se lidian en los
festejos sino realizando tentaderos para los alumnos, así como también se
destacó la labor de la banda de música de La Mesa de los Indios, que ameniza todas los
festejos taurinos en la plaza merideña.


José Antonio Salas dejó varios detalles interesantes a lo largo de su actuación, como una soberbia verónica y varios muletazos suaves, hondos y con clase. No redondeó Salas ante un eral difícil, con el que se vieron las carencias lógicas de quien empieza tan dura profesión. La falta de ligazón no impidió ver los destellos del novel diestro, que falló con los aceros.
La voluntad nunca le faltó a Samuel Rivas que sin
redondear cuajó algunos momentos interesantes, en verónicas sueltas y un torero
recorte. Tras brindar a sus maestros, el matador de toros Iker Cobo y el
banderillero Fabián Ramírez, intentó acoplarse a un astado mirón y andarín, que
eso si, cuando tomaba el engaño humillaba y había que llevarle largo. Destellos
y detalles como varios muletazos largos, pases del desprecio con usía y ceñidas
bernadinas sin ayuda de la espada se difuminaron tras marrar con espada y
descabello.
Valor y quietud se apreciaron en Gabriel Vivas,
alumno de la escuela taurina de Tovar, que por momentos corrió la mano con
temple y largura. Con muy poco oficio pero siempre dispuesto, toreó con ligazón
y buenas maneras. Está muy nuevo y se le notó en algunas fases de su faena.
Como a sus compañeros le falló la espada.

Se presentó en público el joven becerrista Daniel Vergara “Chiguarita” que dejó una excelente impresión ante un buen añojo de Los Aranguez al que recibió con una larga cambiada de rodillas y hondas verónicas. Valiente y entregado, “Chiguarita” demostró un desparpajo inusual en quien torea por primera vez en público, corrió la mano con sabor y gusto, destacando la manera de llevar siempre templado al codicioso ejemplar al que siempre llevó templado. Sus ceñidas manoletinas, quieto y vertical, encendieron al respetable que pidió con fuerza la oreja tras una estocada. Trofeo que el presidente de la novillada con una dureza desmedida negó. La vuelta al ruedo del joven Vergara fue para él el inicio de una hermosa ilusión.
Ficha de la Novillada
Plaza de toros de Mérida.
Domingo 3 de junio.
Unas trescientas personas en tarde agradable y fresca.
Novillada sin picadores de la escuela taurina “Humberto Álvarez”.
Cinco erales y un añojo de Los Aranguez, bien presentados y de juego desigual. Parado y tardo el primero, encastados segundo y tercero, noble el cuarto, codicioso y con movilidad el quinto, bravo el sexto.
Carlos Sulbarán, de rosa y oro: Vuelta.
José Antonio Salas, de azul marino y oro: Vuelta.
Samuel Rivas, de marfil y oro: Saludos tras aviso.
Gabriel Vivas, de rosa y oro con remates negros: Vuelta.
José Antonio Valencia hijo, de gris perla y oro: Vuelta.
Becerrista Daniel Vergara “Chiguarita”: Vuelta tras fuerte petición.
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