Con “T” de toro (con “t” de…)
Es la capital de
provincia menos poblada de España, posible y tristemente, también la más
ninguneada. Conocida en el resto del país por la tradición de los Amantes, por
el jamón, por la crueldad amarga de la guerra civil y, pese a que lo más famoso
de sus calles sea “el Torico” o a la propia etimología del nombre de la ciudad
(del antiguo Turba o Turbana, proveniente de las palabras hebreas, “thor” y
“bat”, que significan “lugar del toro” y Actuel, la estrella), taurinamente,
poco o nada conocida en muchos rincones de España.
Tierra del toro desde lo más lejano de sus
orígenes, el sábado 30, Teruel dió rienda suelta a su semana de fiestas.
Teruel no sólo existe
sino que además lo tiene muy claro. En todo. Sabe quién es, de dónde viene y
porqué son las cosas. Y de ahí, sus carteles anunciadores de la Vaquilla del
Ángel. De la Feria y de las fiestas.
Una Feria que, tras la
catástrofe taurina del pasado año, se esfuerza en recuperarse. Teruel sabe lo
que es reconstruirse y, por el momento, las expectativas de mejoría son
halagüeñas.
Sin tener ni idea de
márketing, ni de estrategia publicitaria ni de cosa que se le parezca, a la
vista de éste último cartel ( arriba derecha), del general, sólo puedo decir
que la comisión de expertos -un jurado compuesto por representantes de los
grupos políticos en la corporación, Interpeñas, y técnicos en Bellas Artes-
encargados de su elección dieron de pleno en el clavo.
Con “T” de toro es el
título. Con “T” de Teruel que, como decia anteriormente, etimológicamente viene
a ser lo más parecido.
No menos inspirado estuvo
quien se encargara de elegir cartel para la Feria taurina. Pese a ser estilos
tan opuestos, a la larga, el minimalismo de uno con el aire más que barroco del
otro convergen en lo que ha de ser un cartel anunciador: un reclamo.
En el de la feria, amén
de ese toro formado por imágenes de algunas de las maravillas que atesora la
ciudad (jamón incluído, miren la testuz del toro…), y de la imagen de quienes
conforman el elenco de participantes, sobresale la figura de Juan José Padilla.
Se quiera o no, se
critique o no, para bien y para mal, “el héroe” , está siendo el acontecimiento
taurino del año. La gente lo está demostrando y las empresas se están
aprovechando. Por eso, porque su presencia es un reclamo importante (y no
entraré ni en calidades ni cantidades, ni morbos ni quereres) quien quiera que
diseñó el cartel y quienes lo eligieron, tuvieron además de un gusto artístico
(compartible o no que sobre los gustos, de momento, no se prohibe ni se obliga
a nada) un sentido comercial que es para aquello que sirven los carteles y
reclamos. Que tampoco me venga a contar nadie la milonga de que la imagen de
Padilla se coloca ahora en los carteles sin intención, sólo por homenaje y no
sé cuantas ternuras más (que a alguno parece que lo oigo echando mano del
discurso emotivo y lastimero). Y me parece lícito y más estando las cosas tan
achuchadas como están.
En todo caso, ese u otro
cartel con la efigie de Padilla, se puede tachar de cualquier cosa excepto de
“poco serio”.
Aragón es tierra de
contrastes y por eso, no todo el mundo piensa y actúa como los turolenses.
Hace escasos días, en
este blog se hablaba de la elección del cartel de David
Campos para anunciar la feria de Huesca noticia de la que me enteré
vía el propio autor (prefiero dejar esto lo suficientemente claro, y yo ya
me entiendo). Por la misma vía, supe el viernes pasado de la docta opinión
de los señores miembros de la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Huesca
por la que dicho cartel se consideraba “poco serio” para
anunciar el acontecimiento laurentino. Con un par, sí señor.
Un cartel se podrá echar
atrás por lo que se quiera, fundamentalmente porque no se ajuste a lo anunciado
o por parecerle a uno lo más feo del mundo (que, repito, el gusto es libre)
pero por parecer “poco seria” la imágen de Juan José Padilla tajantemente NO.
Por el propio artista
(insisto) y por fuentes allegadas a él (¿no conocen la web gallega y taurina Taurophilos?
Pues venga, a echar un vistazo. Que Galicia taurina también existe) sé que la
empresa adjudicataria de Huesca, pese a todo, el próximo jueves tiene intención
de presentar a la prensa el cartel como está. Ya veremos a ver en qué queda la
cosa.
Como si no hubiera,
taurinamente, cosas “poco serias” ( o “muy serias”, según se mire) en Huesca
para ocupar la atención de los señores Portavoces (jurado que, según dicen, no sabe quién es Noelia Mota ni le
suena de nada Alcurrucén) . Pero, claro, no se puede pretender que un político
esté en todo.
A ver si seguimos el
ejemplo del cartel y escribimos la historia con “T” de Toro. De Talento. De
Teruel. Mejor así que no con “t” de “torpe”, por poner una “t” suave.
PD La ignorancia de la
Junta oscense respecto a la ganadería de Alcurrucén, no es la primera metedura
de pata de político en Aragón con este hierro. Hace unos años, un entonces
Diputado Provincial de Zaragoza se empeñó en rebautizarlo, repitiendo varias
veces en Pleno el sonoro nombre de “Alcurruncún”. Que al hombre le debía sonar
más profundo así…
PD2. Que ni se moleste nadie en decir “¿y
Zaragoza qué? Calma, peña, que hay pa todos. Pero de momento, aquí, como
en el chiste, cuando setas, setas. Cuando Rolex, Rolex…
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