Seis personas lesionadas en primer encierro de San Fermín
AFP
El parte médico del gobierno regional de
Navarra indica que los heridos no son de gravedad. Los toros, que pesaban cada
uno entre 520 y 590 kilos, salieron en estampida y recorrieron el camino en
casi 3 minutos.
Pamplona • Miles de personas
participaron este sábado en el primer encierro de las multitudinarias fiestas
de San Fermín, en Pamplona (norte de España), en el que seis personas
resultaron heridas sin gravedad, indicó el parte médico del gobierno regional
de Navarra.
Un hombre de 73 años recibió una cornada en
la pierna derecha al principio del encierro pero la herida no era grave. Otras
cinco personas sufrieron magulladuras al caer y tuvieron que ser trasladados al
hospital, entre ellos un australiano de 26 años que sufrió una contusión en la
rodilla izquierda y un japonés de 21, que tuvo una contusión lumbar.
Los mozos, vistiendo de blanco con el
tradicional pañuelo rojo en el cuello, chocaban o caían al suelo en el
recorrido por las estrechas calles de la ciudad en el que se conducen los toros
a la plaza.
Los más atrevidos corrían delante, casi
tocando los seis enormes toros de la ganadería sevillana Dolores Aguirre,
mirando constantemente hacia atrás para vigilar los enormes cuernos de los
animales.
Los toros, que pesan cada uno entre 520 y
590 kilos, salieron en estampida y recorrieron el camino hasta la plaza en tan
sólo dos minutos y 53 segundos, un espectáculo que cada año siguen millones de
personas en la televisión.
En la última parte del encierro un toro
derribó a uno de los mozos y lo arrastró unos metros por el cuello de la
camiseta, hasta la entrada de la plaza.
Otro toro embistió a un mozo que había
caído al suelo y le hizo un agujero en los pantalones blancos. El animal
recorrió los últimos metros con el trozo de ropa enganchado al cuerno.
"Fue increíble, muy intenso, daba
miedo", dijo Collin Hamer, un joven de 28 años de Texas tras terminar el
encierro.
Los festejos de San Fermín, que surgieron
en la Edad Media, incluyen procesiones religiosas, bailes tradicionales,
conciertos y bebida durante todo el día. Los bares pueden estar abiertos hasta
las 6 de la mañana.
Pero la actividad estrella son los
encierros diarios, que cada mañana a partir de las ocho ponen a correr a
cientos de personas a lo largo de 850 metros hasta la plaza de toros de la
ciudad.
El reto es no ser alcanzados por los seis
toros de media tonelada y afilados cuernos que comparten el recorrido con
ellos.
Antes del recorrido de este sábado, los
mozos saltaban arriba y abajo y realizaban ejercicios de calentamiento mientras
esperaban detrás de una barrera de policía antes de que sonara el petardo que
indica que los toros ya han salido a la calle.
En los megáfonos se oía un mensaje en
español, inglés, francés y japonés pidiendo a la gente que no participara en
los encierros bajo los efectos del alcohol.
"Es algo que tienes que vivir y
sentir. Es una experiencia nueva, algo imposible de olvidar", dijo Aaron
Bejar, un banquero de 31 años de Zaragoza que vino a Pamplona para participar
en los encierros.
El año pasado 20 mil 500 personas
participaron en los ocho encierros de las fiestas, que terminan el 14 de julio.
Casi la mitad eran extranjeros, la mayoría procedentes de Estados Unidos,
Australia y Gran Bretaña.
Cada año entre 200 y 300 personas resultan
heridas y de ellas cerca de un 3% sufren heridas graves. En la mayoría de los
casos se trata de caídas pero a veces los mozos reciben cornadas a pesar de las
grandes medidas de seguridad.
El último fallecimiento se produjo hace
tres años, cuando un hombre de 27 años murió tras recibir cornadas en el cuello,
el corazón y los pulmones
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