Merideño Alexander Guillen por la puerta grande en Caño Zancudo
Por: Freddy Ramírez
“Garapuyo” Venezuela de Feria
Con
buen tiempo y tres cuartos del aforo de
la plaza de toros portátil La
Esperanza, se efectuó
este domingo 12 de agosto de 2012 el
evento central (corrida de toros) de las festividades del pueblo, actividad
taurina que tenia unos 17 años de no celebrarse en Caño
Zancudo populoso sector del Sur del Lago
del Estado Mérida Venezuela.
Los
toros regresaron a Santa Elena de Arenales o Caño Zancudo gracias a que
El Alcalde Moisés Pereira
(socialista, rojo-rojito),
cuando niño acudió de la mano de sus
padres a ver los toros y toreros de la época y ahora con la asesoría de el Lic. Mario
Valero lograron llevar la fiesta brava a su pueblo, esta vez quizás, por lo
visto es para quedarse, pues la afición que vimos colmando las gradas
de La Esperanza
ha sido de lo mejor, educado, alegre,
jeleando con el Oleee las
faenas; exigiendo trofeos o
pitando los pinchazos o los tumbos del caballo.
Se
han corrido toros de los Aranguez,
bien presentados, bravos para los
de acaballo, el Toro primero de los de a
pie empujó con fuerza produciendo tumbo, los demás cumplieron en pica, el
cuarto con movilidad regaló humilladas embestidas por ambos pitones.
Abrió
plaza El rejoneador José Luís Rodríguez, con un solo rejón de castigo
José Luís cambio el tercio para estar alegre en banderillas, por no haber estado acertado con el último
rejón perdió la opción de cortar oreja. Palmas a su labor.
Rafa
Orellana, se topó con el toro de
mas peso y pitones, toro que empujó en varas produciendo tumbo, Orellana hizo
de tripas corazón para arrancar algunos muletazos colocándose muy cerca de los
pitones, res sin clase alguna, que acometía a los vuelos de la roja entrando
con la cara por las nubes. Espadazo contrario sin efectos, tomando el
descabello. Palmas.
Vino
la actuación del debutante mexicano Pedro Rubén torero de fino corte que
necesariamente necesita la colaboración de su oponente, Pedro se encontró con
un toro de astifinos pitones, que acudió raudo y ganoso a las primeras de
cambio, buenas y acompasadas verónicas, con la muleta Pedro Rubén se dobló artísticamente en cuatro doblones domeñadores,
para después realizar faena corta, ante
un toro de incomodas embestidas, no obstante algunos muletazos con la derecha
dejaron ver el buen sabor de su toreo, pinchazo y descabellos le quitaron al menos el premio de un trofeo
auricular, al final Pedro Rubén daba una rápida y aplaudida vuelta al ruedo.
Cerró
la tarde-noche el merideño Alexander Guillen quien salió por el mes de
la casa, mucha actitud, decido a mas no poder,
a su favor estuvo el toro de mas
movilidad y potabilidad, que Alexander aprovecho al máximo, verónicas artísticas de recibo
rematadas con media sobre la cadera, para después empezar labor muleteril
sentado sobre un taburete rojo, el toro impreciso en su visión- poco veía por la poca Luz
del recinto; el torero mas cerca, más
cerca, para provocar la arrancada, hasta que este con la vista clara
acudiendo con violencia, al llamado, pase por alto que el toro tomó,
taburete por los aires, el animal encelado
embestía con codicia al inerte y
acrílica silla; plaza boca a bajo, el publico delirante gritaba vítores, que
después se convirtieron en sonoros y
largos Olees para acompañar la acompasada y artística labor de Alexander Guillen que firmó su obra con un
certera ración de acero de efectos fulminantes para hacerse con las dos orejas
del buen y último toro de los Aranguez, entrada la noche en medio de un
entusiasta publico, Alexander abandonaba el ruedo a hombros.
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