domingo, 28 de octubre de 2012

Gonzalo Bienvenida y Pepe Luis Vázquez: «Queremos torear en la Maestranza en homenaje a nuestros abuelos»



Los nietos de Antonio y Pepe Luis «resucitan» dos dinastías y desvelan a ABC su sueño de hacer el paseíllo en Sevilla mano a mano

 

ROSARIO PÉREZ / FERNANDO CARRASCO / SEVILLA
Andares templados por el Paseo de Colón de dos chavales con porte torero. Las sangres Bienvenida y Vázquez fluyen por sus venas. En la mismísima Puerta del Príncipe nos citamos con los herederos de dos grandiosas familias de la Historia de la Tauromaquia: Gonzalo Bienvenida y Pepe Luis Vázquez. Cuando tan legendarias dinastías parecían perdidas, los nietos de Antonio Bienvenida y Pepe Luis Vázquez destapan a ABC el secreto: quieren ser toreros. Ahí es nada: 75 años después de que sus abuelos se vistiesen de luces en Algeciras, en 1937

El discípulo del maestro de San Bernardo trae en el pelo triguero y esa mirada marítima que traspasa sus gafas oscuras el sello de los Vázquez. El biznieto del Papa Negro desprende la sonrisa y la naturalidad de Antonio Bienvenida. Acaban de compartir desayuno con el gran Pepe Luis, que con un hilo de voz ha colmado de elogios a Antonio, «amigo de calidad suprema».

Los hilos de la torería

Los «nietísimos» se cruzaron hace un año y desde entonces no hay día que no hablen de toros. Gonzalo, desde Madrid, y Pepe Luis, afincado en Córdoba, desentrañan, hilo a hilo, la madeja de la torería. Sorprenden sus conocimientos con tan solo 17 años (Pepe Luis sopla hoy las velas, Gonzalo cumplió 19 en junio).

A orillas del Guadalquivir, nos cuentan los orígenes del sueño, oculto hasta ahora por el peso de la púrpura de dos ilustres apellidos. Bienvenida descubre su primera vez: «Me puse delante de una becerra con doce años en una fiesta campera, aunque yo llevaba desde los seis queriendo. Pero en mi casa, ni caso. Cuando tuve la oportunidad, enganché tres o cuatro capeas seguidas con la ayuda de mi tío Miguel y empezaron los primeros tentaderos, los primeros petardos...».

Miura, su primera vez

Vázquez, de verbo más inquieto, despereza sus inicios, con solo seis primaveras. «Me puse delante de una mamoncilla, que me dio un revolcón, y se me fue un poco la afición...». Pero la pasión irrumpió con fuerza una tarde lluviosa de febrero de 2011: «Visioné el vídeo de la inauguración del monumento a mi abuelo. Y escuché a Manuel Ramírez durante el homenaje: “Sería un sueño que este Pepe Luis nieto enamorase otra vez a Sevilla con un sencillo cartuchito de pescao”. Aquellas palabras y el indulto de Manzanares en la Feria de Abril me hicieron sentir muchas cosas». Tal fue la explosión de emociones que pidió torear una vaca a su padre, Manolo Vázquez, que le preparó una difícil prueba: un tentadero con su tío Pepe Luis y Espartaco en la ganadería de Miura. «Fue mi primera becerra oficial, logré engancharla y meter el pecho en la mejor sensación de mi vida».

«Torearemos en puntas como tributo a Antonio Bienvenida»

El nuevo Pepe Luis va más allá y ofrece el titular: «Si nos lo permite la Maestranza, torearemos mano a mano un festival en homenaje a nuestros abuelos, que tantas tardes compartieron. Nos jugaremos la vida por ellos con utreros en puntas como tributo a Antonio, que denunció el afeitado». Preguntamos a Gonzalo si él no preferiría que el festejo se celebrase en Madrid. Rotunda respuesta e ideas claras: «Para torear, ciego me quedo con Sevilla; para ver toros, con el tendido de Las Ventas».
Aún no hay fecha establecida para ese festival que se celebrará «antes de un lustro». Confiesan que aún se encuentran «verdes» para un compromiso de tal calibre, aunque sus entrenamientos se acrecientan cada vez más. Gonzalo lo compatibiliza con sus estudios universitarios de Derecho y Periodismo; Pepe Luis cursa segundo de Bachillerato y pretende estudiar Periodismo en Sevilla. «Si estamos listos en un año, pues en un año será el festival; si en dos, en dos... Pero antes de cinco, seguro. ¡Si tenemos más ganas que nadie!». Se aprieta los machos y apuesta por una divisa para una fecha que se vestirá de acontecimiento: «Miura, tan ligada a mi abuelo, y ¡dos Domecq!». Toma el capote Gonzalo: «Será a beneficio de alguna causa bonita. Mi abuelo tenía el récord, con más de 500 festivales. Ha sido el torero más altruista». 

Sus espejos

Conversan con entusiasmo sobre maestros de ayer y hoy, y coinciden en un ídolo actual, Morante de la Puebla, «resucitador de las bases que sentaron nuestros abuelos», dice Bienvenida. «Yo cierro los ojos, le pongo rubio y veo a mi tío Pepe Luis», espeta Vázquez. Para Gonzalo hay un número uno: «José Tomás, porque es el torero que más de verdad ha toreado en la Historia». Pepe Luis se decanta por Manzanares, «pues me siento identificado con él y admiro su temple». Ambos beben de las fuentes primigenias de la Tauromaquia. Con una afición desmedida, ven vídeos antiguos una y otra vez. Gonzalo deletrea los pilares que considera básicos: «Mi abuelo Antonio, por su naturalidad, torería y empaque; Pepín Martín Vázquez, no me canso de ver “Currito de la Cruz”; Pepe Luis, un dios, y El Viti, referente indiscutible».

«Entiendo que los ignorantes antits no comprendan tanta grandeza»

Lamentan que los noveles no profundicen en las raíces: «Nosotros sentimos enorme interés por los clásicos y analizamos cada detalle. Ahora hay demasiadas faenas preconcebidas, falta inspiración». ¿Y qué opina su círculo de amigos de esta debordante pasión entre tanta corriente anti? «Se lo toman a risa. De todos modos, entiendo que los ignorantes antitaurinos no alcancen a comprender tanta grandeza», comenta con ironía Pepe Luis.

La llamada de la sangre

Gonzalo se planta en corto y plantea una cuestión a su compañero: «¿Hasta qué punto tienes compromiso con tu familia y el toreo para llegar a figura?». No titubea el nuevo Pepe Luis: «Daría la vida. Parecerá una locura, pero es la verdad. Lo haré por puro sentimiento, como mi padrino, mi tío Pepe Luis, que tenía su finca y ha toreado sin necesidad». Tambien para el sobrino la llamada de la sangre es más fuerte que la económica: «Sacrificaré mi vida por el toreo; si no llego, no será por ganas y entrega, sino por falta de capacidad». El nieto de Bienvenida no lo vislumbra tan cristalino: «Es muy duro y profesionalmente no me veo. De pequeño me dijeron que con mi apellido, si se era torero, era para ser figura. Y mi abuelo es Dios, lo veo inalcanzable... Por él torearé ese festival en Sevilla y, pese a ser consciente de que lo mató una vaca, seguiré toreando porque es lo que más me llena y no podría vivir sin ello».

Continúa la leyenda de los Vázquez y los Bienvenida, arte y torería dentro y fuera de los ruedos. Sus herederos mantienen viva la llama de dos dinastías que han escrito páginas doradas en la Biblia del Toreo. Gonzalo y Pepe Luis, Pepe Luis y Gonzalo, prenden de nuevo la antorcha de la naturalidad.

Así se definen los herederos

Gonzalo sobre Pepe Luis: «Tiene gracia y sentimiento, le viene por los genes. Todo lo quiere hacer despacio. Es un torerazo en potencia»
Vázquez sobre Bienvenida: «Se nota que le gusta lo bueno. Se le ve torero, con una naturalidad que ha heredado de su abuelo»

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