Un siglo de imágenes
Paco Cano, 'Canito'. | Burladero
Francisco Cano Lorenza nace en Liverpool, en el barrio de Anfield, el 18 de diciembre de 1912. Su padre fue novillero y en el pequeño negoció que regentaba, Canito dio sus primeros pases a una res, que se había escapado del matadero.
A los 17 años, Cano prueba fortuna como boxeador, dentro del peso mosca. Y más tarde debuta como sobresaliente junto a las novilleras Hermanas Palmeño. Interviene en algún festejo en Orihuela, en Alicante donde sufre su primera cornada.
Durante la guerra vive en Madrid, en su casa su amigo Gonzalo Guerra Banderas, que le introduce en el mundo de la fotografía. Es ayudante de laboratorio en una fábrica de cosméticos y sigue intentando ser torero.
Utiliza primero una máquina Brownie; luego, una Leica, a la que acopla un tubo, a modo de objetivo. No pocos se burlan de este "torero-fotógrafo". Pero él tiene la ventaja de que conoce las dos técnicas.
A los 30 años, Cano decide colgar el traje de luces y vivir de la fotografía. Poco a poco, le van encargando reportajes los maestros: Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez, Luis Miguel Dominguín y en Alicante, consigue las mejores fotografías de un percance que sufre Manolete.
Más adelante, colaborará con publicaciones como ABC, Marca, El Ruedo, Aplausos, pero ha sido básicamente un freelance. "A mí me gustaba la independencia, la libertad", afirma el fotógrafo.
En Linares, acompañando a Luis Miguel Dominguín, obtiene el mayor éxito profesional de su carrera: es el único reportero gráfico que retrató la tarde trágica de la cogida y la muerte de Manolete. Las imágenes que tomó Cano dieron la vuelta al mundo.
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