"El toro debe humillar y repetir, debe ser toreable"
"Las figuras están capacitadas para triunfar con este encaste"
El toro que cría Daniel Aragón
MARCO A. HIERRO,
Colmenar Viejo (Madrid)
Es matador de toros porque con ello se muere, pero ya son cinco lustros los que lleva criando reses bravas un Carlos Aragón Cancela que tiene asegurado el futuro y la sucesión con su hijo Daniel.
Juntos cincelan los destinos de un hierro legendario al que trabajo y
dedicación constante han puesto en el punto de mira del aficionado. Es
el vástago quien contesta las preguntas como si fuera el padre. Son un
equipo que lo tiene claro donde también Carlos, el hijo menor, es pieza clave. Son la familia que le da lustre con Flor de Jara al mítico hierro de Bucaré.
- Pregunta: Daniel, ya son muchos años confiando en el encaste Buendía. ¿Cómo arrancó lo que hoy es Flor de Jara?
- Respuesta: Sí, ya son 23 años con este
encaste y hace cinco se nos presentó la ocasión de comprar el hierro de
Bucaré, que al fin y al cabo es la madre de la rama. Una de las tres
partes en que se dividió la ganadería de Joaquín Buendía. Mi padre
compró 170 vacas, seis sementales y todos los machos y hembras nacidos
hasta erales. Los utreros se los quedaron allí porque ya estaban
comprometidos a la venta.
- P: Cuando uno adquiere un
hierro como este, también adquiere la responsabilidad de alcanzar sus
cotas históricas, ¿no es cierto?
- R: Sí, por supuesto que es una
responsabilidad enorme tener la ganadería que tenemos y el encaste que
tenemos. Mantener la ganadería donde tiene que estar, que creo que es en
lo más alto. Conseguir entrar en las ferias con corridas de toros e
intentar estar en un nivel bueno. Y que el aficionado esté ilusionado y
se vaya contento de las plazas cuando vea lidiar una corrida de nuestra
casa. Por supuesto que es una responsabilidad mantenerlo y, si puede
ser, mejorar.
- P: Cuando os enfrentáis a este
encaste, no es nuevo para vosotros, pero sí que habréis notado
diferencias de lo que viene de esta última parte a lo que habéis tenido
de toda la vida. ¿O no habéis notado ninguna?
- R: Sí, claro. Sobre todo en número.
Teníamos una parte, unas 30 ó 40 vacas, y claro, recibir casi 180 vacas
se nota en las instalaciones. Más vacas para echar de comer, muchas más
vacas que tentar y es totalmente diferente, claro. Ahora tenemos que
estar en el mercado. Anteriormente lo que hacía mi padre tenía claro que
lo que nacía en casa moría en casa. Lo lidiábamos a campo abierto y
disfrutábamos de la ganadería. Ahora también disfrutamos, pero tenemos
que ir a lidiar a las plazas y a cargarnos de responsabilidad, por
supuesto.
- P: Siempre el mismo encaste,
siempre este Santa Coloma. ¿Qué es lo que más os llama la atención de
este encaste, lo que os hizo elegirlo?
- R: Bueno, yo creo que es un toro que
embiste muy despacio, que el toro bueno de Santa Coloma humilla y es
capaz de embestir a una lentitud que no es capaz ningún toro de lidia de
otros encastes, y por eso creo que mi padre eligió el Santa Coloma.
También es un toro bravo, y morfológicamente es un animal muy bonito. A
mí es el encaste que más me gusta ahora mismo.
- P: Ahora nos damos una vuelta
por la ganadería y estáis los dos hermanos aquí. Y supongo que hay
afición para continuar un trabajo que ya viene de años, ¿no?
- R: Si, por supuesto. Tanto mi hermano
como yo es tamos entusiasmados con la ganadería y esperamos poder
continuar. Sería una satisfacción enorme y un orgullo poder continuar
con una ganadería como esta y con la ilusión que mi padre le ha puesto a
este hierro.
- P: Vamos a repasar un poco lo
que ha sido vuestra historia con este hierro hasta ahora. Habéis lidiado
novilladas en Madrid. Decías antes que habíais tenido suerte, pero las
estadísticas suelen mentir poco, ¿no es así?
- R: Bueno, hemos ido tres años a Madrid
con novilladas y las cosas nos han salido bien. Cada año que hemos
lidiado nos pedían una para el año siguiente, por eso creo que estamos
haciendo el trabajo bien. Fuimos a San Isidro y nos llevamos bastantes
premios, y la gente se fue muy satisfecha con la novillada. Pero no te
puedes quedar estancado ni dormirte en el triunfo. Ahora toca seguir
peleando y, cuando podamos, ir a Madrid a triunfar.
- P: Lástima lo del año pasado,
que teniendo una corrida para Madrid de repente se desbarate en el
campo. Esas cosas pasan cuando uno trata con ganado bravo...
- R: Claro que sí. Teníamos una serie de
toros en hechuras y con confianza, pero bueno, son animales que se
estropean y con eso tienes que contar. De hecho, uno de los animales que
estaba reseñado para ese encierro lo tentamos después y se ha quedado
padreando. Fue una desgracia, sí, pero Madrid está ahí, no se va a ir.
Ya habrá tiempo de anunciarse. Lo importante es que ese día las cosas
salgan como soñamos.
- P: Cuando miras al futuro y ves el hierro de tu casa, ¿cómo pintas el futuro ideal?
- R: Yo creo que el futuro ideal sería
lidiar cuatro corridas de toros y dos o tres novilladas, y estar en las
ferias grandes, en las plazas importantes, donde el aficionado demande
nuestros toros. Cuidar siempre muchísimo la presentación en las plazas e
intentar que salga lo mejor posible. Para eso trabajamos todos los
días.
- P: Daniel, te meto en un
charco ahora. También a la hora de lidiar corridas hay que mirar lo que
suelen matar las figuras del toreo, que no se apuntan mucho a este tipo
de ganaderías. Pero a lo mejor es porque no han probado a conocerlas un
poco más...
- R: Bueno pues, precisamente ayer
estuve con mi padre viendo videos de El Juli, de Perera, de figuras del
toreo matando en Dax, en Mont de Marsan, en Bayona, corridas de Ana
Romero, de La Quinta... Lo han probado. Y a lo mejor en un futuro se
apuntan, quién sabe. Es un tipo de toro que creo están capacitados para
matar, porque es un muy agradecido y de verdad creo que podrían triunfar
perfectamente con él. Desde luego, yo los animaría a que lo probasen.
Aquí están nuestros toros. Quien los quiera, que los mate. Nosotros
encantados.
- P: Cuando dibujas tu toro
ideal, cuando estás en un tentadero y empiezas a ver toros, ¿qué es lo
que no le perdonas a un toro o a una becerra en una tienta?
- R: Sobre todo, que no humille. Si no
humilla no se puede quedar en nuestra casa. Que pierda la vista al final
del muletazo, que falte bravura. Una vaca en nuestra casa no se aprueba
si no repite, si no tiene emoción. Una vaca que la torea todo el mundo,
que salgo yo y le pego muletazos siendo un aficionado práctico, y no me
pone ninguna complicación. Nosotros exigimos una vaca brava, sobre todo
la bravura por encima de todo, y que humille y que tenga recorrido. Que
tenga sus dificultades pero que sea un animal que sea toreable.
- P: El toro te tiene que hacer sudar, ¿no?
- R: Por supuesto. Es un toro bravo y el
toro bravo exige a un torero. El torero es una persona que hace lo que
la mayoría no puede hacer, y por eso es reconocido. El toro tiene que
exigir, ser bravo, pero siempre con la condición de la humillación, la
repetición y la entrega. Y el torero, cuando pueda, creo que debe serle
agradecido también.
- P: Has hablado de aficionado práctico, de ponerte delante. La sensación de tener la muleta en la mano. ¿Te cambia la visión?
- R: (Risas) Solamente he toreado alguna
becerra aquí en casa, y la verdad es que sí me gusta, pero lo justo
para entretenernos y echar un buen rato, pero no más. Lo que sí es
cierto es que en la cara entiendes cosas que no ves desde fuera.
- P: Hemos hablado de que el
futuro estaba asegurado y que la intención, desde luego, es lidiar en
plazas importantes. Pero también dices que más de cuatro cinco corridas
no querías lidiar. ¿Es la medida justa?
- R: Sí, yo creo que es un buen número.
La ganadería que tenemos no es muy larga, con 170 vacas. Creo que es un
buen número para lidiar. Que nos defenderíamos económicamente y que es
un número para pasar el miedo justo que queremos. No queremos tampoco
tener 10 ó 15 corridas de toros. Queremos cuatro o cinco, la ganadería
en la mano y en las que lidiemos, tener fe y que los aficionados puedan
salir satisfechos.
- P: Nadie tiene la panacea, pero ¿puede ser esa la fórmula en una situación como la que vivimos?
- R: Hoy en día, la ganadería en general
no es sostenible económicamente, y cada vez va a peor, no sé hasta
dónde llegaremos. Todo esto está alcanzando un punto muy malo, pero yo
creo que mejorará. Hay que tener fe en que mejore y que todo repunte.
Que cambie el mercado y empiecen a pagarse los toros a lo que valen, ni
más ni menos.
- P: Pero un ganadero que no tiene afición, en una situación como la actual, lo tiene complicado, ¿no es cierto?
- R: Yo creo que sí, que la afición es
súper importante, que las cosas muy pocas veces salen por casualidad y
que el trabajo tiene su recompensa. Por supuesto que la afición es clave
para un ganadero.
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