jueves, 14 de febrero de 2013

LA CRONICA DE CASTOREÑO



RECUERDAN EL TITULAR…CUANDO LA TINTA SE CONVIERTE EN BILIS

Me doy el gusto respetable lector, de haber tenido tutores en mis inicios en la crónica taurina, entre ellos Don Augusto Rodríguez, luego Carlos Eduardo Misle “Caremis” después Pepe Cabello y Oswaldo Pérez Estévez “kapitalino”quien me alentó y felicito.

Poseía una crónica de prensa de l952 cual tesoro, escrita por el mejor cronista taurino de Venezuela…Andrés Eloy Blanco en el diario La Esfera, señores, que poemas ante el triunfo y que respeto ante la adversidad.

Mis primeras crónicas llevaban tinte de elegante leer inspirado en el poeta Cumanés, luego, la acucia escrutadora de Caremis apuntalo las letras y lo alientos de Kapitalino enrumbaron mi estilo

Los Hermanos Rodriguez cumplieron con la afición, en la foto Otto y José Luis Rodríguez
Me decía Pepe Cabello que la crónica debe llevar elegancia y emoción, imán de papel, nunca se debe decir l a verdad cruda, sino adornarla con respeto para que te tomen aprecio, la verdad con saña ofende y daña..

Muchos columnistas creen que con “pegar un palo” ganan prestigio, no, solamente, lo arriba escrito, desprecio y mala reputación, la verdad no es sensacionalismo ni escandaliza, solo que hay que saber decirla.

Leo con tristeza un titular de prensa alusivo a la última corrida de feria, donde el columnista publica en letras grandes…LIMPIEZA DE CORRALES ofendiendo los criadores que lidiaron esa tarde.

Las triunfales y gloriosas Ernesto Gutiérrez y Juan Bernardo Caicedo como San Sebastián de las Palmas orgullos bravos de Colombia con data de fundación mas que cincuentonas, El Prado de Hugo y su hijos, lo mejor del país y nuestra divisa El Trébol benjamina, brava y con trapío, no se pueden arrinconar en el desprestigio por un capricho de “antitaurino” de un león afeitado con piel de ovejo.

Los primeros nombrados tienen trayectoria límpida y manos callosas, el último, con la ilusión de su pasión reverberándole en el pecho con las manos llenas de certeza y logro, ellos ven con sorna que la tinta con que se escribió esa crónica, chorrea bilis de envidia, poca elegancia, amargura salobre y mala intención.

Se es ganadero bravo y duele, como les duele a los toreros que mataron la corrida, acaso, esos toros no hacen daño, así no se debe escribir ni los dueños de rotativos lo deben permitir, la fiesta esta siendo atacada por enemigos emergentes y no es posible, que un “escribidor” la lacere y desprestigie.

Seria bueno que el “susodicho de marras” buscara tutores que lo guíen, que satisfactorio es oír alientos y felicitaciones cada vez que sale una crónica a publicación, la crónica taurina es un arte como el cante jondo, para poder sentirla, hay que amarla, respetarla y dignificarla.

Sirvan mis letras de desagravio para los criadores bravos que lidiaron sus toros el martes pasado, ellos, no les enseñan bravura a sus toros mucho menos a embestir, solo esperan que el duende que les da potabilidad, se pose sobre los gordos lomos de sus pupilos para que embistan con son y nobleza a las telas de los toreros para morir con dignidad y caer sobre la arena, para luego, irse a las oscuras sombras del destazadero sin las orejas para alegría del ganadero y grandeza de la divisa.

Castoreño en mano

morenitomilla@hot mail.com

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