lunes, 25 de febrero de 2013

Los aficionados opinan


Fortunato González da su opinión sobre la Feria del Sol 2013
Responde al aficionado taurino Acasio Sandia Scheuren 


Apreciado amigo:
Comparto, en líneas generales, la apreciación que tienes de las corridas efectuadas en el marco de la Feria del Sol, que se corresponden con el tipo de feria que tenemos, tan merideña, desde que salió al ruedo el primer astado hace más de cuarenta años. Se trata de un ferial alegre, juvenil, divertido en el que la gente va a la plaza en parte a ver toros y en parte a pasarla bien. La mayoría del público aprecia una buena corrida porque percibe los momentos en que hay arte y peligro, pero ni es muy exigente ni se trata de un cónclave de eruditos. Los hermanos Rodríguez Jáuregui han ofrecido unos carteles que satisfacen este heterogéneo público. 
La feria se sostiene sobre tres pilares: Una empresa que ofrece buenos espectáculos, una organización en la que comparten responsabilidades la empresa, Corealsa, la Comisión Taurina y Ferisol. Siempre ha habido entendimiento  entre estas partes aunque no haya sido fácil. 
Lo más difícil ha sido el cumplimiento de las normas que se refieren a los toros, dificultad que es común a todas las plazas de Venezuela por varias razones. Los ganaderos mantienen en reserva la fecha de nacimiento de sus animales, con lo cual el control de la autenticidad de la edad queda al examen postmortem, siempre inexacto. Sólo una Ley nacional o el acuerdo ético de los ganaderos puede resolver este asunto. Ni uno ni lo otro se ha podido lograr. El peso, el estado de salud y el trapío si son objeto de examen por parte de la Comisión Taurina y aquí entran en juego diversos mecanismos perversos que son en su conjunto un chantaje contra las normas y la autoridad taurina. Ésta se encuentra entrampada por la amenaza de toreros, sobre todo españoles, que dicen no torear ciertas ganaderías e incluso ciertos toros. Frente a esta amenaza siempre se ha impuesto la autoridad de la Comisión al menos en mi experiencia de años cercano a la organización de las corridas. También por lo que traen los ganaderos o compra la empresa y allí están: los toros en los corrales y la Comisión observando y viendo cómo algunas veces llegan reces que no saben como tuvieron el coraje de embarcarlos para nuestra plaza, por su bajo peso, su estado de salud o su trapío, indignos de Mérida. Entonces viene el tema de que no hay toros para reemplazarlos y la amenaza de que no haya corridas, que no se ha podido llegar a ese extremo porque la propia Comisión, en su afán de velar por el interés general, prefiere sortear las exigencias reglamentarias y dar la corrida a pesar de los remiendos. Tendría que darse una coincidencia entre el Alcalde, el Gobernador, Corealsa y la Comisión y tomar la decisión de suspender un festejo para sentar un precedente. Los toristas estarían felices, pero...¿Se puede decir lo mismo del gran público que ha pagado sus entradas? Es fácil decirlo pero ejecutarlo no tanto y lo digo con la experiencia de haber sido Administrador de la Ciudad, Alcalde, miembro de la Comisión Taurina y ahora delegado del Alcalde para asuntos taurinos.

Lo cierto es que tenemos nuestro feria más seria unas veces y más permisiva otras según las circunstancias, mucho mejor en todo caso que otros feriales en los que no cabe la crítica, simplemente porque las corridas  o no sometidas a normas o donde se aplican particularidades muy específicas de cada lugar. ¿Que el presidente juzga mal cuando otorga o no una oreja? Eso es posible porque errar es de humanos, pero creo que en general los premios siempre han estado dentro de un rango de valoración lógica, más para unos exigentes, menos para otros no tanto.

Los destinatarios de este correo seguramente han ido a Madrid, a Sevilla, a Nimes, a Málaga, a Manizales, a Quito, a México o a Granada. Nuestra feria no puede ser como la de Madrid porque hace años estaría la plaza sin público; se parece a las de México, pero tampoco es tan permisiva como Granada, para señalar una destacada de España. Nuestro ferial es como es y se debe tratar de ser riguroso con la edad, el trapío y el peso del ganado; con la calidad de los toreros contratados; con instruir al público sobre el arte taurino para que aprecien lo que ocurre en el ruedo. Se puede poner más orden en estacionamientos, accesos, comodidad, etc. Son años de experiencia que de algo sirven. Ojalá coincidan la nueva directiva de Corealsa, el gobernador, el alcalde y los concejales que resulten electos en los comicios de julio, los comunicadores sociales y por supuesto la Comisión Taurina, con una empresa que asuma los compromisos de elevar la calidad de las ferias sobre todo en el tema de la presencia del toro: encastado, con trapío, edad y peso, digno de un ferial con más de 40 años de existencia. Me consta el esfuerzo colectivo sobre todo de una Comisión que se puede y debe criticar, pero jamás dudar de su honestidad y del más estricto respeto a la ética. 
La Feria debe ir a más, y de allí el compromiso de todos los taurinos para que aportemos lo mejor en beneficio común de la mejor feria de Venezuela. Gracias a Dios San Cristóbal nos pisa los talones, para que nos sirva de incentivo a quienes tenemos alguna responsabilidad, entre estos anoto en primer término a la Asociación Taurina de Mérida.
Saludos
Fortunato

* Notiferias En El Mundo no se hace responsable de las opiniones de los aficionados publicadas en el portal.

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