MÉXICO
El navarro desoreja al que abrió plaza y el extremeño logra los máximos trofeos en un gran cierre de la Temporada Grande
APLAUSOS
Fotos: Tadeo Alcina
Fermín Spínola logró un apéndice de su segundo mientras que Víctor Mora no anduvo afortunado con ninguno de su lote.
Arrancó
con susto el último festejo de la Temporada Grande ya que el primero de
Los Encinos saltó al callejón llevándose por delante a dos de los
monosabios. Pronto levantó al público de sus asientos Hermoso de Mendoza
que firmó una sobresaliente actuación. A lomos de Manolete formó un
verdadero alboroto. A dos pistas llevó cosida a la grupa la embestida de
un toro encastado, codicioso y de buena condición que a la postre fue
premiado con el arrastre lento. Fenomenal el temple del caballo que dio
prácticamente una vuelta entera al ruedo de Insurgentes. Las piruetas,
en la misma cara del animal tuvieron ajuste y riesgo. Con Viriato galopó
de costado en otra exhibición de temple, dominio y maestría. Magnífica
la expresión del caballo, dejándose llegar mucho al toro. Pirata puso el
colofón en un carrusel de banderillas cortas y un par a dos manos. Dejó
un rejonazo en buen sitio al segundo intento y paseó las dos orejas.
El navarro emborronó con el rejón de muerte otra notable faena al quinto, también con el hierro de Los Encinos. Montando a Napoleón enceló a la perfección a un animal que embisitió con acometividad de salida. Fue atemperando al toro Hermoso que se gustó con Disparate, en el toreo a dos pistas e hizo lo propio con Dalí en varias piruetas espectaculares. Finalizó con Pirata de nuevo, poniendo cortas, un par a dos manos y la suerte del teléfono. En la suerte suprema desocordó al toro y todo quedó en silencio.
Alejandro Talavante cortó las dos orejas y el rabo del noble pero flojo tercero de Campo Hermoso. Salió dispuesto el extremeño que ejecutó un quite por chicuelinas. Antes de iniciar la faena, uno de los banderilleros fue prendido al tratar de cerrar al toro en tablas. El percance, afortunadamente, solo se saldó con una fuerte paliza para el subalterno. El extremeño firmó una faena importante, de personal estilo y que estuvo impregnada por la variedad, la improvisación y el corazón que puso el torero que se abandonó por momentos. Roto Talavante, se prodigó en arrucinas, cambios de mano y por la espalda, en una labor rematada con bernadinas y una estocada casi enterna. La faena, jaleada con gritos de ¡Torero, torero! se vivió con mucha emoción en los tendidos y fruto de ello el palco otorgó con precipitación el rabo número 128 de la historia de esta plaza. El extremeño devolvió el rabo antes de iniciar la vuelta al ruedo.
Su segundo fue un toro manejable pero falto de transmisión y empuje. Talavante se mostró variado con la capa y tras brindar a su apoderado, Manuel Martínez Erice, dejó una faena de corte más clásico que la anterior en la que tiró bien del toro, alargando su viaje con muletazos templados por ambos lados. Su labor se vivió con más frialdad en los tendidos y terminó siendo silenciado.
Fermín Spínola pinchó una templada faena al buen segundo de Marrón, un toro noble, con bondad y calidad. El mexicano realizó una labor entonada, pulcra y de buena disposición. Al natural dejó muletazos de buen trazo frente a un animal que no terminó de desplazarse. Una oreja cortó del sexto, un ejemplar de San Diego al que cuajó un fantástico tercio de banderillas, especialmente en un tercer par al quiebro, exponiendo en exceso. Inició la faena de rodillas en los medios ante un toro que si bien embistió con alegría en los primeros compases se apagó demasiado pronto. Tuvo que poner de su parte el torero azteca en un trasteo entregado y empeñoso.
Acusó la falta de oficio Víctor Mora que ante un toro rebrincado, de corto viaje y que embistió con la cara alta anduvo embarullado y fuera de sitio. No mejoró su imagen en el último toro de la temporada. Mora hizo un esfuerzo y se justificó con un toro que tampoco se prestó demasiado al lucimiento.
México D.F. (México), domingo 17 de febrero de 2013. Toros de Los Encinos (1º, bueno, encastado y codicioso, premiado con el arrastre lento; y 5º, bueno), Marrón (2º), Campo Hermoso (3º), La Soledad (4º), San Diego de los Padres (6º), Barralva (7º) y Xajay (8º). El rejoneador HERMOSO DE MENDOZA: Dos orejas y silencio; FERMÍN SPÍNOLA: Ovación con saludos y oreja; ALEJANDRO TALAVANTE: Dos orejas y rabo y silencio; VÍCTOR MORA: Silencio y silencio tras aviso; Entrada: Lleno en el numerado. Saludó tras romperse el paseíllo Alejandro Talavante.
El navarro emborronó con el rejón de muerte otra notable faena al quinto, también con el hierro de Los Encinos. Montando a Napoleón enceló a la perfección a un animal que embisitió con acometividad de salida. Fue atemperando al toro Hermoso que se gustó con Disparate, en el toreo a dos pistas e hizo lo propio con Dalí en varias piruetas espectaculares. Finalizó con Pirata de nuevo, poniendo cortas, un par a dos manos y la suerte del teléfono. En la suerte suprema desocordó al toro y todo quedó en silencio.
Alejandro Talavante cortó las dos orejas y el rabo del noble pero flojo tercero de Campo Hermoso. Salió dispuesto el extremeño que ejecutó un quite por chicuelinas. Antes de iniciar la faena, uno de los banderilleros fue prendido al tratar de cerrar al toro en tablas. El percance, afortunadamente, solo se saldó con una fuerte paliza para el subalterno. El extremeño firmó una faena importante, de personal estilo y que estuvo impregnada por la variedad, la improvisación y el corazón que puso el torero que se abandonó por momentos. Roto Talavante, se prodigó en arrucinas, cambios de mano y por la espalda, en una labor rematada con bernadinas y una estocada casi enterna. La faena, jaleada con gritos de ¡Torero, torero! se vivió con mucha emoción en los tendidos y fruto de ello el palco otorgó con precipitación el rabo número 128 de la historia de esta plaza. El extremeño devolvió el rabo antes de iniciar la vuelta al ruedo.
Su segundo fue un toro manejable pero falto de transmisión y empuje. Talavante se mostró variado con la capa y tras brindar a su apoderado, Manuel Martínez Erice, dejó una faena de corte más clásico que la anterior en la que tiró bien del toro, alargando su viaje con muletazos templados por ambos lados. Su labor se vivió con más frialdad en los tendidos y terminó siendo silenciado.
Fermín Spínola pinchó una templada faena al buen segundo de Marrón, un toro noble, con bondad y calidad. El mexicano realizó una labor entonada, pulcra y de buena disposición. Al natural dejó muletazos de buen trazo frente a un animal que no terminó de desplazarse. Una oreja cortó del sexto, un ejemplar de San Diego al que cuajó un fantástico tercio de banderillas, especialmente en un tercer par al quiebro, exponiendo en exceso. Inició la faena de rodillas en los medios ante un toro que si bien embistió con alegría en los primeros compases se apagó demasiado pronto. Tuvo que poner de su parte el torero azteca en un trasteo entregado y empeñoso.
Acusó la falta de oficio Víctor Mora que ante un toro rebrincado, de corto viaje y que embistió con la cara alta anduvo embarullado y fuera de sitio. No mejoró su imagen en el último toro de la temporada. Mora hizo un esfuerzo y se justificó con un toro que tampoco se prestó demasiado al lucimiento.
México D.F. (México), domingo 17 de febrero de 2013. Toros de Los Encinos (1º, bueno, encastado y codicioso, premiado con el arrastre lento; y 5º, bueno), Marrón (2º), Campo Hermoso (3º), La Soledad (4º), San Diego de los Padres (6º), Barralva (7º) y Xajay (8º). El rejoneador HERMOSO DE MENDOZA: Dos orejas y silencio; FERMÍN SPÍNOLA: Ovación con saludos y oreja; ALEJANDRO TALAVANTE: Dos orejas y rabo y silencio; VÍCTOR MORA: Silencio y silencio tras aviso; Entrada: Lleno en el numerado. Saludó tras romperse el paseíllo Alejandro Talavante.
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