Sostiene que el acusado tuvo que haber
ingerido una tasa de alcohol "considerable" porque con tres copas de
cava sólo se alcanzaría un máximo de 0,60.
Jorge Muñoz, sevilla
La directora del Instituto de Toxicología de Sevilla, María Luisa Soria Sánchez, ha asegurado este viernes en el juicio que se sigue contra el torero José Ortega Cano que es "imposible" que la prueba de alcoholemia arrojara una tasa de 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre –casi el triple de lo permitido- si el acusado hubiera tomado una única copa de cava,
por cuanto según los estudios de la Dirección General de Tráfico (DGT)
con tres copas de cava se obtendrían unos niveles de entre 0,47 y 0,60
gramos, la mitad del positivo que dio el procesado.
La
facutaltiva de Toxicología, que ha comparecido en el juicio en calidad
de perito, ha explicado a preguntas del fiscal de Seguridad Vial que esa concentración de alcohol sería incluso superior, puesto que al haber pasado más de dos horas entre
la hora del accidente y la extracción que se le hizo a su llegada al
hospital, sobre las 1:15 y 1:30 de la madrugada del 29 de mayo de 2011,
se estaría en un "proceso de eliminación" del alcohol, aunque ha
señalado que habría que hacer un cálculo retrospectivo. En cualquier
caso, la experta ha dicho que cada hora se va perdiendo una tasa de 0,15
gramos, y que entre 30 o 40 minutos después de la última ingesta de alcohol se alcanza el "pico máximo" y
a partir de ese momento comienza el descenso, por lo que dos horas
después no se puede alcanzar 1,26 gramos con una única copa, porque la
curva iba en descenso y estaría eliminando la bebida.
En su opinión, el acusado tenía que haber ingerido una tasa de alcohol "considerable"
para que dos horas después del accidente arrojase un nivel de 1,26
gramos, y ha puesto como ejemplo que para un hombre de entre 70 y 90
kilos de peso, una copa de licor arrojaría un nivel de entre 0,13 y
0,17; un brandy entre 0,22 y 0,29; un combinado entre 0,25 y 0,32; y
tres vasos de cava arrojarían entre 0,47 y 060 gramos de alcohol por
litro.
La directora del centro también ha sido cuestionada sobre la versión que ofreció el torero en el juicio, cuando apuntó que la muestra se pudo contaminar durante la extracción de sangre porque previamente le hubieran limpiado la zona con alcohol.
La perito ha asegurado que esa aportación sería "imperceptible" y ha aportado estudios americanos
en la misma línea, porque estos estudios coinciden con su opinión en
que es inapreciable la aportación de alcohol "tanto a la entrada de la
aguja por el pinchazo como a la salida" de la misma.
De la misma forma, apuntó que ninguno de los fármacos que se le podrían haber suministrado pueden alterar los resultados del análisis,
si bien precisó que desconoce el tratamiento que se le pudo
administrar. En su opinión, tampoco los fármacos que el torero asegura
que tomaba, el anticoagulante Cintron, y el magogastrol pueden afectar
en los análisis.
A la experta se le ha preguntado sobre los signos que podría tener una persona con esa tasa de alcohol y ha recurrido nuevamente a estudios que señalan que con una tasa de entre 0,90 y 1,5 una persona mostraría signos de "inestabilidad emocional", mayor inhibición, alteración del juicio, cambios de comportamiento y "salirse en las curvas", ha señalado la doctora, que ha añadido que aun así puede estar "consciente y obnubilado".
La perito aseguró que se cumplió la cadena de custodia
desde que ésta llegó al Instituto de Toxicología, aunque lógicamente
señaló que no podía hablar sobre lo que había pasado con la misma antes
de su llegada a este centro. "La cadena de custodia no es ni menos ni
más que el control de la muestra en todo momento", ha dicho María Luisa
Soria.
La facultativa ha señalado que las muestras de sangre "no suelen venir precintadas", pero sí venía "adecuadamente etiquetada"
y ha añadido que "no se planteó ningún problema en el análisis", ya que
"no hay signos de adulteración de la muestra" y la sangre llegó en un estado "adecuado".
Las
normas de custodia de las muestras "aconsejan y ordenan" que se envíen
tubos de ensayo llenos en su totalidad, pero en este caso llegó con un
55% de llenado y, a pesar del aire, no hay pérdida de alcohol si la
muestra ha estado conservada en una cámara frigorífica.
En la sesión de este viernes también ha rendido testimonio el director de la unidad de Hematología del Hospital Virgen Macarena, Antonio Figueredo Martínez, quien ha defendido que la muestra se conservó en una cámara frigorífica
hasta su entrega a la Guardia Civil por orden judicial. El doctor ha
señalado que las muestras se conservan durante siete días antes de ser
desechadas y ha precisado que en el caso de la muestra del torero, se
recibió al cuarto día una orden de la gerencia del hospital para que se
guardara, por lo que se almacenaron en un frigorífico al lado del Banco
de Sangre.
El director de la unidad ha dicho que "no" se pudieron equivocar de muestra
y ha señalado que en el laboratorio de Hematología hay personal
sanitario "las 24 horas al día todos los días" y aunque la unidad se
cierre los fines de semana sigue habiendo personal, por lo que la
muestra "no está abandonada en ningún momento". Sólo dos personas, él
como jefe de la unidad y la responsable del Banco de Sangre, conocían
dónde se custodiaba la muestra de Ortega Cano una vez que la Gerencia
del hospital le pidió que la guardara.
El doctor ha
reconocido que la sangre se le extrajo con fines terapéuticos, no para
hacer un test de alcoholemia, y ha precisado que es la primera vez que
se le solicita una muestra en el marco de una investigación criminal,
porque además "no conoce el protocolo judicial" de conservación y cadena
de custodia de las muestras.
Este perito ha descartado que la muestra se pudiera contaminar con alcohol durante la extracción,
ya que, según ha dicho, en Urgencias se utiliza "normalmente una
solución no alcohólica", aunque ha añadido que él no hace la toma ni
tiene constancia de cómo se hizo en este caso concreto. El protocolo de
extracción establece que la extracción se haga con una solución no
alcohólica, aunque a preguntas de la defensa ha afirmado que no sabe
cómo le abrieron las vías los sanitarios que atendieron al torero en la
misma carretera donde se produjo el accidente.
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