Toros / feria de abril
Decepcionante mano a mano de El Cid y Daniel Luque en Sevilla
Los victorinos han estado excelentemente presentados: todos serios, cárdenos, parejos.
Pero también lo han sido en su comportamiento decepcionante: humillan
mucho pero se quedan cortos, flaquean, no repiten, transmiten muy poco.
Mejoran un poco los dos últimos. Sólo un poco.
El Cid es
especialista en estos toros, conoce de sobra la lidia que hay que
darles. En el primero, pegajosito, que humilla mucho, está correcto,
técnico, le arranca algunos muletazos. Se nota que hace el esfuerzo. El
tercero vuelve a humillar y flaquear. Brilla Curro Robles en
banderillas. Es reservón, queda muy corto, la gente se impacienta.
Faena breve y acierta con la espada. El quinto hace tan floja pelea en
varas como sus hermanos. En terrenos de sol, logra alguna serie lucida
por la derecha. Por la izquierda va peor: se advierte en los pases de
pecho. Suena la música, con pitos.
No regatea esfuerzos El Cid y, después de la estocada, rodilla en
tierra, acaricia la testuz del toro. En tarde tan aburrida, con la guasa
de esta tierra, no parece lo más prudente...
Derribo al picador
El segundo toro derriba al picador con una gran voltereta
pero pronto echa el freno, embiste con la cara alta, no se entrega. Se
empeña Daniel Luque y
va mejorando algo, en la muleta; es soso, bondadoso, sale de las series
con la cara alta. En el cuarto, que sale suelto, intenta las verónicas,
pica con acierto Cristóbal Montesinos. Brinda
al público: el toro embiste algo pero pronto se para. Consigue algún
natural. Es como empeñarse en sacar agua de un pozo medio seco. Hay
gritos de desencanto. El último es el único que hace buena pelea en
varas, ovacionan a Alonso Sánchez. Quita por verónicas el sobresaliente Fernández Pineda. El toro es noble y soso, incierto. Luque está correcto.
¡Qué triste acabar así la tarde! Nula rivalidad y decepcionante corrida.
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