martes, 7 de mayo de 2013

La fragilidad convertida en torera


MELINA PARRA QUIERE SER FIGURA

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

AGUASCALIENTES, Ags.- La miré por vez primera en una capea hace ya varios años, allá en Tlaxcala. Recuerdo el ruedo de la plaza Ranchero Aguilar, henchido de torerillos ansiosos de pegar un pase a una vaca que, más que dar embestidas, huía hostigada por la veintena de maletillas que corrían tras ella para ponerle la muleta en la cara y arrancarle un muletazo. Entre la polvareda observé a una niña de cabello cobrizo, piel colorada y ojos verdes; más avispada que un suricato, también corría tras la vaca para poder darse las "tres". Era Melina Parra, una jovencita de Tlaxcala que buscaba ser novillera. El tiempo pasó, supe de su debut y de vez en vez me localizaba para contarme cómo le iba en el trajín. Una vez la fui a ver torear en Tlaxcala, ya con novillos bien hechos, y si algo dejó en claro ese día la ojiverde torera fue que por deseos no para. Si bien ese día no contaba con los recursos técnicos para defenderse del toro, sí mostró idea y entrega, pese a los volteones que se llevó. Hoy ya es una torera más avanzada.




En días pasados visité la placita de San Marcos, la cual, desde que uno cruza su entrada queda encantado por su taurinismo; asomé al ruedo para ver qué novilleros estaban entrenando y adivinen a quién me encontré, sí, ahí estaba la tlaxcalteca Melina Parra, entrenando como Dios manda.

Me contaba la torera que en estos años ha hecho su mejor esfuerzo, aunque sin la conciencia de las oportunidades.

"He tenido que remar contra todo, ha habido gente muy buena que me apoya, pero también hay gente que desde el callejón prácticamente me están retirando como torera. Son muy crueles para juzgar, no digo que no lo hagan, pero la mala leche no se vale", apuntó.

"Soy muy sentimental y casi un año me la pasé llorando por los rincones; la gente no era como yo pensaba. Dejé mis avíos tirados en un rincón por un mes, pero finalmente volví a la carga porque quiero ser figura del toreo", agregó.

Con cinco años como novillera, Melina señala que el tema machista no ha sido impedimento para salir adelante, pero sí los malos comentarios. 



"Si no me apoyan, que me dejen caminar y siquiera dar un paso".

Además de torera, Melina terminó una carrera en contabilidad y diseño de imagen, sin embargo, por ahora está dedicada al toro. Más ahora que se volvió a enamorar de la fiesta, ya que tiempo atrás se alejó un poco del medio debido a que hasta hijos le inventaron, y esto, cuando llegaba a oídos de gente que le apoyaba, le causó muchos problemas.

Ahora, Melina se encuentra en la escuela taurina del matador Uriel Moreno "El Zapata", se siente muy satisfecha con el mecanismo que se utiliza en esta academia y siente que su confianza se ha incrementando.

"Sé que esto me ayudará a cumplir mi meta de presentarme por fin en la Plaza México, ¿y por qué no?, de verme en la fila de matadores. Sé que eso exige y debo de hacer el sacrificio para que esto salga finalmente. Siendo sincera, quiero ser una figura del toreo, tengo el sueño de ser la primera mujer figura. Así como el Juli o Ponce, haré lo que tenga que hacer para lograrlo", dijo firmemente.

Melina lo tiene claro, sabe que debe rebasar toda expectativa y no quedarse en el intento. Sabe que debe de concretar más que simples aplausos por ser mujer. Tan lo tiene claro que está casada con el toro, ya que ni ahora ni después piensa en una familia.

"Estoy preparándome para ser torera, no para ser ama de casa, ni esposa, ni mamá".

Melina viajará a finales de junio a Perú, donde toreará en cuatro festejos; ya fue a presentar su solicitud para las novilladas de la Plaza México, pues torear en la capital es su mayor deseo.

"Y tengo mucha ilusión por que el doctor me dé mi alternativa en la Plaza México. No quiero nada regalado, sino por lo que valgo como torera", apuntó Parra, quien cuenta dos cornadas internas y varias fracturas.

-¿Frágil, pero con corazón de León?

"Sí, pero más fiera para superar todas las vicisitudes".

-¿Tienes un héroe en la vida?

"Mi mamá, mi hermosa Martha Irma; si no fuera por ella, ya me hubiera fastidiado de todo lo que me ha pasado. Algún día quisiera ser como ella", concluyó.

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