miércoles, 8 de mayo de 2013

San Isidro 2013, Madrid taurino


La alcaldesa de la capital hace un repaso por las fiestas madrileñas y elogia el arte de toreros como Morante

San Isidro 2013, Madrid taurino
IGNACIO GIL
la montera, en el patio de cuadrillas

Un año más, parece que ya se siente la fiesta, huele a arena y se oye el murmullo del tendido. En estos días de mayo, esperamos el clarín que dé inicio a la tarde. Y es que llega San Isidro, llegan las fiestas de Madrid y, con ellas, la feria. En Madrid, las fiestas populares siempre han estado unidas a las corridas de toros. Desde el alanceo de toros y encierros que se celebraban en la Calle del Toro y la Plaza del Alamillo en la Edad Media y Edad Moderna, pasando por las primitivas corridas de toros en el siglo XIX y principios del siglo XX en la Plaza Vieja de la Carretera de Aragón -donde está hoy el Palacio de los Deportes- hasta llegar a los festejos que se celebran en Las Ventas desde 1929. 

Pero no fue hasta 1947 cuando Livinio Stuyck creó la Feria de Madrid, hoy Feria de San Isidro. Una fiesta que, para los aficionados, significa un mes seguido de los mejores festejos taurinos. Stuyck dio inicio a la feria taurina más importante del mundo, al aglutinar cuatro corridas de toros y una novillada en honor de la festividad del Santo Patrón de Madrid.

De Curro Romero a José Tomás

De Curro Romero a Antoñete; de Palomo Linares a José Tomás... Son tantos los toreros que han dado grandeza a la arena de Las Ventas por San Isidro que sólo podemos pensar en esta feria como una sucesión de faenas para el recuerdo.
No se puede saber por adelantado cómo será una corrida. Tampoco podemos saber cómo se comportará un toro; o si un torero tendrá su día de gloria. Pero sí podemos saber que habrá tardes que emocionarán a los aficionados. Y que disfrutaremos de faenas que recordaremos para siempre. Y estoy segura de que esta feria nos dejará días que pasarán, como no puede ser menos en la Catedral del Toreo, a la historia de la tauromaquia.

Seguro que el arte de Morante, de quien dicen que dos pases suyos valen la corrida entera, recordará a muchos la tarde en la que Curro Romero salió a hombros de Las Ventas. Estarán Manzanares, El Cid, Talavante... Los madrileños podrán disfrutar de las grandes figuras. Figuras que arrancarán ovaciones del público taurino más exigente del mundo. 

Igual que Antoñete dejó la faena histórica del toro blanco y José Tomás legó una tarde memorable con cuatro orejas, viviremos faenas inolvidables. Y durante estos días de mayo, la pasión de la fiesta contagiará a todo el público. A los más expertos, a los profesionales, a los aficionados más castizos y a quienes acuden a la plaza por primera vez. Porque el toreo es un arte capaz de llegar a propios y a extraños.
 
Sol o sombra, tendido norte o tendido sur, ¿de Morante o de Tomás? Cada uno tiene sus preferencias cuando se habla de los toros. Pero no hay duda de que la preferencia será Madrid: porque la Catedral del toreo es la plaza de Las Ventas y el momento taurino es San Isidro. Estoy convencida de que no defraudará a nadie. Suerte, y al toro.

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