lunes, 17 de junio de 2013

A hombros, Macías, Rivera y el ganadero



FESTEJARON EN GRANDE A SAN ANTONIO 
 


ARTURO Macías mostrando orgulloso el rabo que cortó.

UNA tarde sensacional se vivió en Tultitlán con un lleno rebosante en la plaza desmontable, gran ambiente y un sol esplendoroso por lo que a San Antonio lo festejaron en grande al reinaugurarse su feria.

Los alternantes y el ganadero hicieron un gran regalo al Santo Patrono y salieron a hombros entre gran algarabía Arturo Macías, Fermín Rivera y el ganadero de Xajay, Xavier Sordo Madaleno Bringas. Los diestros se repartieron dos rabos y seis orejas.

Arturo Macías dio vuelta en su primero y las dos y el rabo en su segundo; Fermín Rivera, una oreja de su primero y las dos y el rabo de su segundo y el criador queretano dio la vuelta en el quinto acompañando a Fermín. Angelino de Arriaga no se quedó a la zaga en cuanto a su desempeño, pero solo cortó una oreja por fallar con la espada.

Estaba anunciado el rejoneador potosino Gastón Santos, pero no pudo actuar en vista de que el ruedo estaba en malas condiciones para los caballos por las lluvias que estuvieron cayendo en la región en días anteriores.

Fue una tarde extraordinaria y los actuantes hicieron bueno lo que se había venido mencionando que era un cartel de los llamados de postín por su capacidad taurina de los diestros y por una ganadería de prestigio.

El ganadero envió un extraordinario encierro, bien presentado, fuerte, bien comido, bien armado, bravos para los caballos y de buen estilo para los de a pie, quienes aprovecharon hasta la última embestida. Sobresalieron los corridos en cuarto y quinto lugares que merecieron los honores de arrastre lento y el ganadero dio vuelta en este quinto acompañado de Fermín.

Arturo Macías no se sale de la ruta triunfal en la que viene caminando garboso en pos de los lauros y haciendo sonar fuerte las notas bravías de "Pelea de Gallos". Reanudó su campaña con entrega, corazón y con la garra que le caracteriza y puso sobre la arena de la plaza su sapiencia torera con un par de faenas de alto nivel. En su primero, tuvo algunas complicaciones que emana de la edad de los astados, pero lo domeñó, le hizo la faena, perdiendo trofeos al pinchar, pero dio una vuelta con mucha fuerza.

Lo bueno vino en su segundo al que toreó soberbiamente de capa y con la muleta pases de todas marcas con firmeza y fondo. Ayudados y naturales, rematados con el de pecho que calaron hondo en los aficionados que le jalearon fuerte lo que hacía y encendió los ánimos de los concurrentes. Se fue por derecho para cobrar una gran estocada para que se le otorgara el rabo, una raya más al tigre.

El potosino Fermín Rivera llegó con la espada desenvainada con redobladas ilusiones y deseos de triunfar y consiguió ser el triunfador de esta tarde con sendas faenas imprimiendo además de valor, temple y arte su personal estilo. Estuvo muy lucido al torear de capa sobre todo en chicuelinas, muy ajustadas en su primero y pases fundamentales, pero con hondura. Estocada para oreja y petición de la segunda que no se concedió.

En su segundo se superó en lances y suertes, y no dejó pasar las buenas embestidas del toro que lo hizo sin regateo alguno. Y Fermín ahí estuvo tejiendo la faena hasta lograr una pieza torera. Fue una faena de altos niveles que le corearon con fuerza. Otro estoconazo y las dos orejas y el rabo.

Angelino de Arriaga no estuvo mal, pero le faltó más entrega y más sitio. Realizó dos meritorias faenas, sin alcanzar las alturas para obtener el triunfo esperado. Una oreja en su primero que paseó en la vuelta que dio y en su segundo también estuvo bien, pero desafortunadamente pinchó y todo quedó en aplausos sostenidos. (Fotos Cortesía de Guillermo Chichitz)

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