(Foto: Javier Arroyo) |
El mexicano protagoniza los pasajes más destacados del festejo frente a una buena corrida de Alcurrucén
APLAUSOS
El Cid y Juan Pablo Sánchez fueron silenciados.
Joselito Adame ha cortado una oreja en el
cuarto festejo de la Feria de Arte y Cultura en Madrid. El mexicano, que
entró en el cartel sustituyendo a Iván Fandiño y que pudo haber
aumentado el cupo de trofeos de haber manejando con mayor pericia los
aceros, ratificó el triunfo del pasado martes y se alza, hasta el
momento, con el título de triunfador de esta semana de toros en Las
Ventas. Sus compañeros de cartel, El Cid y Juan Pablo Sánchez, fueron
silenciados frente a una interesante corrida de Alcurrucén que contó con
varios toros de alta nota, especialmente los jugados en segunda y
quinta posición.
Así fuimos viviendo la narración on-line del festejo:
El Cid fue silenciado tras lidiar al primer toro del festejo. El sevillano no terminó de acoplarse a las embestidas del bonito melocotón Barbero, que derribó en el primer encuentro con el picador después de haberse frenado de salida en el capote del de Salteras. En el primer tercio quitó por ceñidas y limpias gaoneras Joselito Adame, replicando por chicuelinas El Cid, que anduvo correcto frente al de Alcurrucén, que tardeó en sus arrancadas pero humilló, repitió y se desplazó en la muleta.
El segundo fue otro buen toro. Cantó ya de salida su buena condición en el capote de Joselito Adame, que volvió a manejarlo con soltura toreando por vistosas chicuelinas. Brindó al público una faena larga, que tuvo algunos altibajos pero que contó con notables pasajes sobre ambas manos. El final por doblones fue torero. Dejó media estocada en lo alto y empleó el descabello, siendo ovacionado. De haber matado con mayor contundencia podría haber caído alguna oreja.
El colorado tercero embistió siempre humillado, con calidad y dulzura, pero adoleció de la chispa y transmisión que tuvieron sus dos hermanos anteriores. Lo mejor de la faena de muleta de Juan Pablo Sánchez fue el rítmico y templado inicio con muletazos por bajo. Luego, anduvo solvente con el animal antes de matarlo de una buena estocada que tiró al toro sin puntilla.
El cuarto fue el más deslucido de los toros lidiados hasta ese momento. El de Alcurrucén se movió pero se empleó menos que sus hermanos, echando la cara arriba en la salida de los muletazos. El Cid, más enfibrado con este, ejecutó una faena de nuevo correcta en las formas pero que careció de contundencia y continuidad.
Joselito Adame cortó una oreja del quinto, otro buen toro de Alcurrucén que tuvo fondo y colaboró en la faena del mexicano que, en la línea de toda la tarde, no perdonó un quite y ejecutó en esta ocasión llamativas lopecinas. Brindó a Eloy Cavazos la faena de muleta, abierta con decisión por estatuarios. Conectó bien con el público desde el principio, con buenas series diestras en las que respondieron toro y torero. Mantuvo el nivel la faena al natural, gustándose en los adornos finales de las series. Templado y despejado de ideas, manejó bien tiempos y distancias, dejando siempre puesta la muleta para ligar los muletazos. Pinchó abajo en primera instancia, dejando después un estoconazo atravesado tirándose con enorme rectitud.
No conectó con el público lidiando al sexto, que exigía temple y mano baja y tendía a sosear en la salida de las suertes. El mexicano puso voluntad en una labor de escaso lucimiento. Sólo algunos naturales en el tramo final de la faena dejaron entrever su concepto, pero para entonces ya era tarde. Mató de un feo bajonazo.
Madrid, 7 de junio de 2013. Toros de Alcurrucén, bien aunque desigualmente presentados e interesantes en conjunto. Destacaron especialmente 2º y 5º. El 1º tuvo raza y el 3º nobleza y calidad. Más deslucido fue el 4º y el 6º resultó manejable. El Cid: Silencio en los dos; Joselito Adame: Ovación con saludos tras aviso y oreja tras aviso; y Juan Pablo Sánchez: Silencio en ambos. Entrada: Media plaza. Presidió el festejo desde el Palco Real Su Alteza la Infanta Doña Elena.
Así fuimos viviendo la narración on-line del festejo:
El Cid fue silenciado tras lidiar al primer toro del festejo. El sevillano no terminó de acoplarse a las embestidas del bonito melocotón Barbero, que derribó en el primer encuentro con el picador después de haberse frenado de salida en el capote del de Salteras. En el primer tercio quitó por ceñidas y limpias gaoneras Joselito Adame, replicando por chicuelinas El Cid, que anduvo correcto frente al de Alcurrucén, que tardeó en sus arrancadas pero humilló, repitió y se desplazó en la muleta.
El segundo fue otro buen toro. Cantó ya de salida su buena condición en el capote de Joselito Adame, que volvió a manejarlo con soltura toreando por vistosas chicuelinas. Brindó al público una faena larga, que tuvo algunos altibajos pero que contó con notables pasajes sobre ambas manos. El final por doblones fue torero. Dejó media estocada en lo alto y empleó el descabello, siendo ovacionado. De haber matado con mayor contundencia podría haber caído alguna oreja.
El colorado tercero embistió siempre humillado, con calidad y dulzura, pero adoleció de la chispa y transmisión que tuvieron sus dos hermanos anteriores. Lo mejor de la faena de muleta de Juan Pablo Sánchez fue el rítmico y templado inicio con muletazos por bajo. Luego, anduvo solvente con el animal antes de matarlo de una buena estocada que tiró al toro sin puntilla.
El cuarto fue el más deslucido de los toros lidiados hasta ese momento. El de Alcurrucén se movió pero se empleó menos que sus hermanos, echando la cara arriba en la salida de los muletazos. El Cid, más enfibrado con este, ejecutó una faena de nuevo correcta en las formas pero que careció de contundencia y continuidad.
Joselito Adame cortó una oreja del quinto, otro buen toro de Alcurrucén que tuvo fondo y colaboró en la faena del mexicano que, en la línea de toda la tarde, no perdonó un quite y ejecutó en esta ocasión llamativas lopecinas. Brindó a Eloy Cavazos la faena de muleta, abierta con decisión por estatuarios. Conectó bien con el público desde el principio, con buenas series diestras en las que respondieron toro y torero. Mantuvo el nivel la faena al natural, gustándose en los adornos finales de las series. Templado y despejado de ideas, manejó bien tiempos y distancias, dejando siempre puesta la muleta para ligar los muletazos. Pinchó abajo en primera instancia, dejando después un estoconazo atravesado tirándose con enorme rectitud.
No conectó con el público lidiando al sexto, que exigía temple y mano baja y tendía a sosear en la salida de las suertes. El mexicano puso voluntad en una labor de escaso lucimiento. Sólo algunos naturales en el tramo final de la faena dejaron entrever su concepto, pero para entonces ya era tarde. Mató de un feo bajonazo.
Madrid, 7 de junio de 2013. Toros de Alcurrucén, bien aunque desigualmente presentados e interesantes en conjunto. Destacaron especialmente 2º y 5º. El 1º tuvo raza y el 3º nobleza y calidad. Más deslucido fue el 4º y el 6º resultó manejable. El Cid: Silencio en los dos; Joselito Adame: Ovación con saludos tras aviso y oreja tras aviso; y Juan Pablo Sánchez: Silencio en ambos. Entrada: Media plaza. Presidió el festejo desde el Palco Real Su Alteza la Infanta Doña Elena.
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