lunes, 10 de junio de 2013

"Los toreros quieren rebajar las pendientes de las plazas de toros"


Ángel Berlanga
"El drenaje de una plaza no debe ser a costa de una pendiente tremenda. Hay que buscar nuevas técnicas que se alejen de provocar rampas pronunciadas que afectan al toro y a los toreros", sostiene el letrado Joaquín Moeckel.
"Es una vergüenza la impunidad de los presidentes"
"Hay que desterrar el compadreo del toreo"
"No es normal tres veterinarios para examinar a un toro"
El abogado Joaquín Moeckel ha recibido la petición de varios diestros de luchar por conseguir rebajar las pronunciadas pendientes que existen en algunas plazas de toros. "Causan serios problemas. Por ejemplo la caída de los toros al salir del caballo, pues en su dirección habitual hacia el centro del ruedo han de enfrentarse a una rampa que, después del castigo en varas, les cuesta superar; o, más grave aún, pues se trata de un problema de integridad de los toreros: a la salida de los pares de banderillas el toro va cuesta abajo en esa misma rampa y se come a los banderilleros que van buscando los burladeros", afirma el letrado sevillano en declaraciones a APLAUSOS.

"La superficie plana perfecta, aparte de que matemáticamente es imposible, no puede hacerse por el drenaje necesario en caso de lluvia; pero lo que piden algunos matadores es que el porcentaje de pendiente sea moderado y no tan pronunciado como para que pasen estas cosas", explica Moeckel, que en contacto con ingenieros y arquitectos estima que una pendiente "lógica" rondaría un 0,7 ó 0,9% de inclinación: "Con el 0,2% de pendiente ha suspendido Rafa Nadal partidos de tenis. ¿Por qué no va a poderlo hacer también un torero? El drenaje de una plaza no debe ser a costa de una pendiente tremenda. Hay que buscar nuevas técnicas que se alejen de provocar rampas pronunciadas que hacen que puedan pasar estas cosas. Abramos una tormenta de ideas al respecto, creemos el debate y a ver qué soluciones se aportan para solventar este problema".

"ES UNA VERGÜENZA LA IMPUNIDAD DE LOS PRESIDENTES"
Por otra parte, el abogado aspira a poder acabar algún día con la impunidad de los presidentes. "Es una vergüenza", afirma Moeckel. "Partiendo de la base de que la mayoría de sus nombramientos son de carácter administrativo/político, el señor que actúa de presidente es un cuasi funcionario, y, por tanto, está sujeto al cumplimiento de la más estricta legalidad. Eso implica que si no actúa conforme a lo reglamentado, puede ser sancionado".

"Cuando un torero pone banderillas sin permiso, se queda a la derecha del caballo en la suerte de picar o se niega a matar un toro, es sancionado por incumplimiento del reglamento establecido. Y digo yo, ¿el presidente no tiene también unas normas que cumplir? ¡Por supuesto que sí! Por eso, si el público pide la primera oreja de forma mayoritaria, el presidente ha de concederla sin más discusión. El reglamento dice que el presidente la concederá, no que podrá concederla; no es potestad, es obligación", afirma el letrado.

Moeckel adelanta: "Al igual que los presidentes llevan a los tribunales cintas de la corrida cuando sancionan a un torero y mantienen su sanción en base a la grabación de la corrida, ahora voy a ser yo quien aporte cintas al tribunal para denunciar esos casos en los que el presidente asegura, por ejemplo, que sólo había un 30% de pañuelos cuando la mayoría era absoluta. Casos como ese, que son del todo groseros, hay muchos", sostiene Moeckel, "¡y hay que acabar con semejantes abusos!".

El abogado hispalense recuerda que la falta de actuación de los usas conforme al reglamento "causan daños y perjuicios directos al torero. De cortar una oreja en Madrid a no cortarla, de abrir la puerta grande a no abrirla, su carrera se ve afectada de forma directa. Es una vergüenza que hagan esas putadas y digan que se han equivocado. Se ha equivocado no, me ha jodido. Y el que la hace, la paga. Si lo hace un torero que pague su sanción, pero si la hace un presidente que no quede impune".

Moeckel recuerda un caso que viene al pelo en este sentido: "En Sevilla hubo un presidente, Pulido, que suspendió sin venir a cuento una corrida de toros. Los Tribunales de Justicia en un pleito que llevé yo dijeron que el presidente había suspendido de forma antireglamentaria. Y yo pregunto, ¿quién le paga al empresario el daño y perjucio sobre la taquilla que perdió?, ¿quién le paga a la compañía de seguros la indemnización que pagó a la empresa por la suspensión?, ¿quién le paga a los diestros la pérdida de su dinero y la posibilidad de un triunfo, televisado, en una feria importante?, ¿quién le paga a subalternos, picadores, banderilleros, mozos de espada y ayudas su jornal de ese día?, ¿quién le paga al ganadero su corrida de toros?, ¿quién le paga al aficionado el desplazamiento de coche, hospedaje y comidas que haya podido tener de haberse desplazado de una localidad distinta? ¿Suspenden los presidentes porque ellos lo valen y no pasa nada?", interroga intencionadamente antes de formular un ruego que se antoja complicado de cumplir: "Intentemos desterrar el compadreo del toreo".

MENOS VETERINARIOS POR TORO
Por último, con respecto a los veterinarios de los distintos cosos taurinos, afirma: "No es normal que haya tres veterinarios para ver a un toro y, sin embargo, exista solamente un médico en muchas salas de urgencia de los hospitales en verano. Las comunidades autónomas son quienes tienen competencias en materia taurina y sanitaria y yo les pregunto: ¿Cómo obligan a que hayan tres veterinarios para examinar a un animal y permiten que en verano sólo haya un médico para atender en Urgencias a 500 pacientes? ¿Es eso lógico?".

Además, subraya: "Los veterinarios debieran limitarse exclusivamente a comprobar que el toro esté sano e íntegro antes de su lidia, quedando el concepto de trapío a juicio exclusivo del presidente. No quiero encontrarme nunca más, tal y como sucedió una vez, un acta de reconocimiento que diga: "El toro muestra tristeza". Yo sentí mucha cuando murió mi abuela...", afirma con sorna el letrado, que concluye irónico: "¿En qué consiste que un toro muestre tristeza? ¡Que me lo expliquen! ¡Quiero ganar en conocimientos veterinarios!".

Ruedo de Las Ventas. (Foto: Javier Arroyo)


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