viernes, 27 de septiembre de 2013

El Gobierno Español declarará la Tauromaquia Patrimonio Cultural

Esta protección no devolverá los toros a Cataluña, en manos del Tribunal Constitucional

ignacio gil
José Ignacio Wert, en el Congreso

 

No se anunció oficialmente en los carteles, pero finalmente el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, hizo el paseíllo en el Congreso para lidiar con temple y maestría la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) a favor de la Tauromaquia, «ni de izquierdas ni de derechas». Veló por la «unidad» e invitó al PSOE a compartirla al alimón, aunque los socialistas prefirieron tomar el olivo en el albero del Hemiciclo. Siempre el toreo de medias tintas: «Ni promovemos ni prohibimos». Otra vez las incoherencias del grupo que dio luz verde al traspaso de la Fiesta de Interior a Cultura.

Pese a ello, el PP está decidido a conceder la máxima protección a la Tauromaquia, sin que ello suponga abrir un nuevo frente con las autonomías. Así, a última hora de ayer, registró una enmienda en la que modificó el título de la proposición para regular como Patrimonio Cultural la Fiesta, que en principio iba a ser considerada Bien de Interés Cultural (BIC).
La Unesco, al fondo

Este cambio permitirá otorgar a los toros un marco de protección jurídicamente más sólido y estable, al anclar el título en la Ley de Patrimonio a diferencia de la denominación de BIC, cuyo respaldo legal generaría controversia. Además, se impulsará la solicitud de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco. Una vía que ayer propuso UPyD y que fue recogida en parte por los populares. El objetivo del Gobierno es conseguir que la nueva ley no pueda ser recurrida con éxito ante un tribunal y, por tanto, salga de chiqueros con larga vida por delante. 

En la práctica, la declaración de Patrimonio Cultural elevará el papel del Estado como protector de la Fiesta, aunque no arrebatará la competencia a las comunidades. De esta manera, la nueva figura dificultará que una autonomía pueda seguir los pasos de Cataluña y derogar las corridas pero, al tratarse de un marco general sin efectos retroactivos, no será suficiente para devolver los toros a esa comunidad. Si la Monumental abre sus puertas de nuevo dependerá del Tribunal Constitucional, que debe resolver el recurso presentado por el Partido Popular contra la decisión del Parlamento catalán de abolir la Fiesta.

Precisamente, la ILP superó ayer un nuevo trámite en el Congreso, con el rechazo de las enmiendas de totalidad. Cinco grupos, IU, ERC, BNG, CiU y UPyD, pidieron la devolución del texto, pero chocaron con la mayoría absoluta del Partido Popular, que permitió el inicio del trámite de enmiendas parciales. La próxima semana habrá ponencias. 

Verdades y mentiras
En un debate menos encendido que de costumbre, Wert descabelló con torería las falacias del tendido anti: «No responde a la verdad que los toros gocen de un régimen de subvenciones por parte de la Administración General del Estado. Tampoco desde los Ministerios de Cultura y Agricultura». En este sentido, también el presidente de la Comisión de Cultura, Juan Manuel Albendea, planchó la muleta con rotundidad: «Es una de las mayores falsedades que pregonan los antitaurinos». Fue la patraña monetaria, junto con la cantinela nacionalista y la «tortura», sobre la que IU, ERC y BNG basaron sus respectivas enmiendas a la totalidad.

Plan Nacional de Fomento
El ministro de Cultura repelió el ataque. «Podremos discutir las cifras, como es natural, pero no una realidad contundente, que es la importancia económica y turística que tiene la Tauromaquia, que creo que es deber del Estado garantizar y proteger». Recordó también el anclaje de la competencia estatal en los artículos 44, 46 y 149 de la Constitución. No obstante, tendió la mano al entendimiento de todos los grupos, especialmente a PSOE y UPyD, «para encontrar una fórmula que satisfaga las competencias de las comunidades, pero permitiendo que el Estado ejerza las que los preceptos constitucionales le atribuyen». Se refería así, veladamente, a la citada declaración de Patrimonio Cultural. Albendea, por su parte, esgrimió los múltiples valores de la Fiesta, citó números de peso –«tiene un impacto económico de 2.500 millones y 40 millones de personas acuden al espectáculo»– y aseguró que no protegerla sería «un atentado a la economía, la ecología, la lengua, la tradición y la cultura». La Fiesta tendrá su puerta grande con un Plan Nacional de Fomento.

El PSOE, con CiU
El portavoz socialista en este debate, Torres Mora, se posicionó junto a CiU y reclamó la devolución de la proposición por invadir competencias autonómicas. El diputado del PNV, Joseba Agirretxea, se decantó por parecida línea. «Se ha buscado un artificio jurídico», criticó, antes de considerar que el «sí o no» a la Fiesta «lo decidiremos los vascos». Por parte de UPyD, Toni Cantó defendió con énfasis la declaración de la Tauromaquia como Patrimonio Inmaterial.

El nombre y los apellidos a la Tauromaquia, «patrimonio histórico» huérfano de bautizo, los puso el PP con esta definición en su texto: «Conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, incluyendo la selección del toro de lidia, que confluyen en la corrida moderna y el arte de lidiar, expresión relevante en la cultura tradicional del pueblo español. Por extensión, toda manifestación artística y cultural vinculada a la misma».

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