domingo, 1 de septiembre de 2013

Espectáculo de Talavante

 

Seis orejas y un rabo para el extremeño, que indultó al cuarto, cantó toreando al tercero y se fue a portagayola en el contexto de un triunfal espectáculo

APLAUSOS
Alejandro Talavante ha brindado un gran espectáculo en su actuación como único espada en la plaza de toros de Mérida. El extremeño paseó seis orejas y un rabo simbólicos de una buena corrida de Zalduendo, que contó con un toro de excelsa calidad, de nombre "Taco", que a la postre fue indultado.
Al indultado, corrido en cuarto lugar, lo toreó con una suavidad extraordinaria por los dos pitones desde el mismo comienzo de la faena, cuajándolo como si estuviera de salón; pero lo estaba ante un toro, un animal de una enorme clase y un estupendo temple. Puso al público en pie en varias fases de la faena, abandonándose toreando y recorriendo tras el indulto el anillo en son triunfal.

Protagonizó ante el tercero una faena de cante grande. En el sentido literal y metafórico. El diestro, para culminar su brillante labor, cantó mientras toreaba en una postrera serie diestra. La plaza, sorprendida, se rindió ante la sorpresiva situación y se puso en pie para ovacionar al extremeño, que antes había toreado muy bien por los dos pitones al zalduendo de más alta nota hasta ese momento del festejo por su transmisión, repetición y humillación. La labor, premiada con el doble trofeo tras otra estocada arriba, había sido brindada al empresario del festejo, José María Garzón.

Recibió a porta gayola al primero. Ya de pie, instrumentó un variado saludo capotero, quitando por chicuelinas y templada media después de un solitario picotazo. Brindó la faena a Morante de la Puebla, presente en un burladero de callejón. El toro llegó al último tercio obediente y noble pero marcando continuamente su querencia a las tablas. Trató de sujetarlo el torero en una labor correcta pero falta de continuidad y de emoción por la condición del zalduendo. Hubo muletazos sueltos de buen trazo, concluyendo con manoletinas y una buena estocada. Paseó el primer trofeo de la tarde.

Ganó terreno a la verónica ante el segundo, rematando en los medios con una buena media. Tras quitar por tafalleras, inició con muletazos por alto a pies juntos una labor en la que estuvo por encima de las condiciones del burel, que tenía tendencia a acostarse por el pitón derecho y se aburría en sus embestidas a medida que avanzaban las series. Faltó bravura al animal, que tuvo enfrente a un torero tranquilo y resolutivo. Mató de otra buena estocada y paseó la segunda oreja del festejo.
El quinto, de embestida más corta y apagada, le impidió hacer faena. La aplomada condición de la res no le dejó más que mostrar tesón y buena actitud.

Cerró plaza con un toro que embistió con clase y nobleza pero le faltó un punto más de chispa y emoción. Como toda la tarde, manejó el capote con buen aire, en este caso a la verónica tanto en el saludo como en el quite. Luego, con la muleta, arrancó con pases cambiados por la espalda sin ayuday toreó por los dos pitones a gran nivel mientras duró el toro. Concluyó de estocada desprendida y fue despedido a hombros de la juventud como epílogo a una gran tarde.

El extremeño, que se anunciaba en solitario por cuarta vez en su carrera, hizo el paseíllo destocado ante un coso que registró cubiertos alrededor de tres cuartas partes de su aforo, siendo obligado a saludar tras el paseíllo.

Mérida, 1 de septiembre de 2013. Toros de Zalduendo, bien presentados, nobles y de buen juego en líneas generales. El mejor, por su sobresaliente clase, fue el 4º, de nombre "Taco", que fue indultado; destacando también el bravo 3º. El más deslucido fue el aplomado 5º. Alejandro Talavante, como único espada: Oreja, oreja, dos orejas, dos orejas y rabo simbólicos tras aviso, ovación y ovación de despedida. Entrada: Algo menos de tres cuartos. Talavante, que hizo el paseíllo destocado, fue obligado a saludar tras el mismo.

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