Oreja y vuelta para Cesar Valencia, en su debut en Arles, Francia.

Debut del venezolano Cesar Valencia en Arles, Francia, con novillos de la ganadería de Dos Hermanas.

El novillero venezolano ha estado en torero, aprovechando sus dos novillos, perdiendo la puerta grande por culpa de la espada en su segundo enemigo.

Entrada: ¼ de aforo.

Novillos de Dos Hermanas,  y Piedras Rojas (3), ambas del mismo ganadero, bien presentados. Vuelta al ruedo al 4 y 5.

Cesar Valencia, oreja y Vuelta tras dos avisos.

 Francisco José Espada,  Silencio tras un aviso y dos orejas.

Lilian Ferrani, Silencio tras un aviso y oreja

  

Michael Cressenty : “ César Valencia cortó la primera oreja de la novillada de Arles. Toreó con variedad al primero de Dos Hermanas, tanto con el capote como en banderillas y muleta. En el último tercio llevo al utrero con buenas formas sobre ambos pitones. Faena a más, acabada con manoletinas antes de un estoconazo de gran efecto.

César Valencia volvió a gustar con el cuarto, un gran novillo de Dos Hermanas que recibió la vuelta al ruedo póstuma. Fue un utrero que tomó tres varas, la última desde el centro del ruedo, y que en la muleta desarrolló casta. Valencia supo aprovecharlo por el pitón derecho, el mejor del animal. Así surgieron varias series -tras una voltereta- de buen tono. Valiente el novillero que tras estocada y tres descabellos también dio la vuelta al ruedo tras aviso”.

Germán Jiménez: “Con tres largas cambiadas de rodillas, y una serie de verónicas saliéndose con el toro hasta los medios, saludó César Valencia al ejemplar de Dos Hermanas, que abrió plaza, luciéndose con los rehiletes tras haberlo hecho en quite por chicuelinas, citando sentado en un taburete para el último de los pares de banderillas. Muleta en mano enjaretó al noble y repetidor novillo, series muy templadas especialmente sobre el pitón derecho, concluyendo su buena labor con una tanda de bernardinas antes de recetarle una estocada entera en todo lo alto. Oreja

Se lució en un quite por gaoneras César Valencia, quien se las vio en cuarto lugar con un novillo que fue muy bravo en varas y cuya lidia y muerte brindó al matador local Juan Bautista. Fue este un novillo encastado y al que había poderle. Un animal que no perdonaba el más mínimo descuido al torero que pese a la dificultad de su adversario supo siempre estar a la altura, liquidándolo de estocada entera desprendida y tres descabellos”.