Miguel Riqueni
Oficialmente, el año ganadero comienza el 1 de julio y termina en 30 de junio del año siguiente. Según zonas ganaderas los nacimientos se producen de forma más temprana (Andalucía) o más tardía (Salamanca) teniendo en cuenta que los toros se echan a las vacas con el inicio del año natural y hasta el final de la primavera o principios del verano.
A los ocho o diez meses del nacimiento de produce el desahijamiento o destete, es decir, separar a la cría de su madre. Esta actividad campera precede a la marca al hierro de las señas de identidad de la res, macho o hembra: el herradero. Se hace sin viciar al becerro o becerra y se les señala con el hierro de la ganadería, el de la asociación ganadera a la que ésta está inscrita y un número que identifique su año de nacimiento y otro guarismo que sea como su número de identidad. A los catorce meses de nacimiento, aproximadamente, las hembras se separan de los machos pues aquellas pueden comenzar a procrear a partir del mes dieciséis.
Estamos ya ante un animal saneado, identificado y registrado, macho o hembra. El macho, el añojo sirve ya para el festejo de escuelas taurinas, las becerradas, aunque en estos espectáculos o clases prácticas suelen emplearse vacas vírgenes de tienta. El macho podrá criarse sano, vigilado y en libertad hasta la edad de cuatreño o cinqueño, cuando será lidiado en la plaza. El Reglamento permite lidiar ejemplares de hasta seis años en corridas de toros
A toro llegará aquél animal que pase la selección natural de las pérdidas en el campo y que tenga la tipología adecuada y trapío suficiente para un "toro de saca", uno de esos ejemplares reseñados y enlotados dependiendo de la plaza en la que se va a lidiar. La cabeza de camada con mayor trapío irá destinada a las plazas donde se exige ese tipo de toro.
Pero las ganaderías surten también una demanda amplia: las novilladas sin picadores y las picadas. Pocas ganaderías de postín venden ejemplares para ser lidiados sin caballos y sólo algunas de estas lidian reses en festejos picados. En cualquier caso, los ganaderos suelen dejar para este tipo de festejos a ejemplares con alguna carencia de trapío o tipología, que no servirían para toros.
La reglamentación exige la lidia de erales (reses con dos años) en las novilladas sin picadores y de utreros (machos con tres años cumplidos para cuatro) en las novilladas con picadores. De esta forma un macho puede ser embarcado para una plaza de toros desde que cumple dos años y hasta que tenga seis cumplidos. ytoros.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario